domingo, 25 de noviembre de 2012

Sàbat y los triples llevan al Lucentum a la victoria frente al Melilla (77-64)


Este Lucentum tiene recursos de sobra para permitirse un mal partido de su referencia ofensiva, Taylor Coppenrath.

El equipo en su concepto más puro aparece cuando más se le necesita. Y hoy era uno de esos días: frente al Club Melilla Baloncesto se ha visto sobre la cancha un juego de equipo de los que sólo tienen esos conjuntos que saben a lo que juegan, que se conocen y están preparados para todo tipo de victorias. Y la de hoy ha sido una victoria cimentada en la gran dirección de juego de Albert Sàbat (12 puntos, 3 rebotes, 9 asistencias, 2 recuperaciones y 27 de valoración) y el papel de apoyo que han tenido que realizar los pivots de Rubén Perelló ante el mal partido de Coppenrath. Green, Rejón y Fernández han atacado la pintura del Melilla hasta sacarle los colores. Y al final, 77-64 en el marcador.



Y lo cierto es que al Lucentum le costó entrar en partido y lograr el ritmo que quería,  principalmente porque Coppenrath no atinaba (2 puntos, -3 de valoración). Los primeros minutos fueron una carrera a contracorriente, con el Melilla controlando el marcador con pequeñas difierencias y con el acierto de Riera, Sánchez y Castro. Guillermo Rejón era el que llevaba el peso del ataque lucentino, con 5 puntos en el primer cuarto. Pedro Rívero y Sàbat intentaban dar fluidez al juego interior, pero la defensa de los pivots del Melilla, Wachsmann y Manzano, sobre Coppenrath era asfixiante. Cuando los de Gonzalo García de Victoria se iban de 10 en el marcador (9-19) a falta de un minuto para el final del primer asalto, aparecían Romà Bas y Albert Sàbat con sendos triples que recortaban la diferencia a sólo 4 puntos (17-21). Si Sàbat es el hombre del partido, mención especial merece también Bas, con puntos decisivos en momentos delicados como éste (tres triple en total).



Shaun Green, cada día más cerca de lo que se espera de él, supo cómo sacar petróleo del desconcierto del Melilla: con puntos10 puntos en el segundo cuarto, el pivot lucentino puso por delante a su equipo apoyado por su compañero en la pintura Jesús Fernández (6 puntos). La mano de Sàbat no sólo controlaba el ritmo de partido, sino que también aportaba otros 5 puntos y ponía por delante al Lucentum en el ecuador del segundo acto (26-24). Fueron los mejores momentos del Lucentum en el partido, con 6 triples anotados que dejaron tocado al Melilla. José Correa daba un empujón a su equipo con un triple que era respondido de inmediato por Romà Bas con otra canasta desde el 6,75 (32-27). Huertas se gustaba con  un alley-oop que transformaba Rejón, mientras Green robaba y finalizaba con una preciosa bandeja que ponía el 36-28. Otro triple de Sàbat aumentaba la diferencia a 11 puntos (29-28) y al final sé llegaba al descanso con un marcador de 41-32 después de una canasta de Pakamanis.



No le sentó bien el descanso al Lucentum. Puesto que Coppenrath estaba desaparecido, Rubén Perelló se vio obligado a modificar su idea inicial de partido y a abrir un poco más la posición de los pivots,un cambio que Gonzalo García supo aprovechar para acercarse al Lucentum y ganar el cuarto. Wachsmann y Sánchez no encontraban rival en la zona lucentina y con 7 puntos cada uno ayudaron a que su equipo llegara empatado a los últimos 10 minutos. El Melilla le endosó a los alicantinos un parcial de 0-7  para poner el 43-41 en el marcador, y Perelló pedía tiempo muerto para frenar la remontada. A la vuelta, volvía a aparecer Romà Bas con un triple, pero Sánchez y Riera ponían de nuevo al Melilla por delante (46-48). Volvía a atacar el Lucentum con otro parcial de 6-0 (52-48) pero el rival respondía exactamente con el mismo parcial a la inversa (54-54).



Parecía que el partido se decantaría del lado del equipo que mejor supiera aguantar la presión, y ese fue el Lucentum. Siempre es el Lucentum. Es el resultado de tener una plantilla con expreciencia y mucho 'know how'. Éste último fue el cuarto de Jesús Fernández y Albert Sàbat: los 10 puntos y los 5 rebotes  del pivot sentenciaron el encuentro, y la dirección de juego del base fue, simplemente, de libro. El capitán anotaba a distrito y siniestro, jugando mucho más cómodo de cara al aro, mientras que Sàbat repartía asistencias para que Álex Llorca pusiera su granito de arena al parcial de 11-3 que abrió el último cuarto. Controlado ya el partido, Perelló puso en pista a Romà Bas para cerrar la dirección de juego, y Jesús Fernández dio la puntilla poniendo el 75-57  a falta de 2.36 minutos para el final del partido. No hubo mucha más historia: el Lucentum se llevó el encuentro por 77-64 en la que es ya su quinta victoria consecutiva. Ahora que la piezas ya han encajado y se empieza a ver la verdadera calidad de está plantilla, la pregunta es: ¿dónde está el techo del Lucentum?

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