viernes, 30 de noviembre de 2012

El Ourense, un rival para seguir creciendo



El Lucentum Alicante tiene este viernes una nueva oportunidad para encadenar otra victoria en la liga Adecco Oro, la que sería ya la sexta consecutiva desde que Rubén Perelló pasara a ocupar la Fila 1 del banquillo lucentino. El equipo visita la cancha del Ourense Baloncesto, el colista de la competición, un equipo que sólo ha logrado ganar uno de los ocho encuentros que se han disputado hasta la fecha. Un equipo, el de Rafael Sánz, que sin embargo venció al Lobe Huesca hace dos jornadas y se quedó a un suspiro de hacerlo también la semana pasada frente al Breogán Lugo (78-77).

No quiere Perelló ningún tipo de relajación por parte de sus jugadores. Cerrado ya el caso Rejón, con la feliz renovación del pivot hasta final de temporada, y resuelta ya la polémica por la desmentida marcha de Darryl Middleton el próximo mes, el banquillo lucentino ha hecho piña y así lo ha resaltado el entrenador antes de la salida del equipo hacia tierras gallegas: "Creo que por ahora es un equipo muy implicado y hemos conseguido una unión grupal muy importante, que es la que ahora nos está dando un salto de calidad. Por eso tenemos que trabajar por mantener esta línea durante la temporada, porque tendremos momentos difíciles, no siempre vamos a ganar, pero con un equipo unido y con ganas de trabajar al final se ven los resultados”.

El rival de está jornada es a priori asequible, pero se trata de un equipo en pleno ascenso en cuanto a nivel de juego y confianza, por lo que el Lucentum está obligar a mostrar la cara que se le vio en el último cuarto frente al Melilla: la cara de la experiencia y el saber hacer, el control del 'tempo' del partido y la dureza en defensa.

Entre los hombres de Rafa Sanz destacan el escolta Nicholas Barbour, que promedia casi 15 puntos por partido y 2,9 rebotes. En la dirección de juego, el base Raimundo Lopez de Vinuesa aporta una media de 9,4 puntos y 3,4 asistencias. Pero sin duda, la lucha más interesante esta llamada a darse en la pintura: Andy Ogide y Mateo Kedzo serán huesos duros de roer para los pivots lucentinos. Ambos median casi 12 puntos. Kedzo es además un buen reboteador (4,1) y una referencia desde la línea de tiros libres, con un cien por cien de acierto.

No se prevé un partido a muchos puntos, ya que el Ourense es el segundo equipo menos anotador (70 puntos de media), y la defensa intensa es prácticamente la única arma que puede funcionarle frente a la fluidez y el juego interior del Lucentum. Rubén Perelló ha destacado del rival que es un equipo con un juego "muy dinámico" y que, si el Lucentum logra impedir que entren en el partido, gran parte del trabajo está resuelto. Sin embargo, el entrenador no pasa por alto la mejoría del rival en las últimas semanas: "Han cambiado el chip y están jugando con mucha más confianza y más duros atrás y creo que es una final para ellos”, ha explicado Perelló.

Cuando se acerca la fase intermedia de la competición, esa en la que los equipos empiezan ya a funcionar así al 100% y los errores comienzan a pesar, el Lucentum ha logrado engranar su maquinaria y corregir esos grandes desajustes que impedían que su baloncesto funcionara a principios de temporada. Es el momento y el rival perfecto para asaltar el liderazgo de la liga y decirle al mundo "Eh, aquí llega el coco de la Adecco Oro".

domingo, 25 de noviembre de 2012

Victoria’s Secret



Roy Raymond llevaba días fantaseando con regalarle a su mujer un buen conjunto de ropa interior. Lencería de esas que quitan el hipo. De las que duran puesta cinco minutos, pero cuya imagen permanece para siempre en la memoria. De esas que convierten la belleza femenina en pieza de museo. Así que se armó de valor y se plantó en una tienda dispuesto a elegir un camisón sexy con el que sorprender a su esposa y dejarse sorprender por ella. Sin embargo, aquella fue una de las experiencias más traumáticas de su vida. Cada vez que se acercaba a la sección de lencería y pasaba su mano por el tacto de cada uno de los sostenes que allí se vendían, todo el mundo lo miraba como a un pervertido. Decidió que ningún hombre volvería a sufrir aquella humillación pública. Que nadie tendría que sentirse culpable o avergonzado por comprar ropa interior femenina. Así que pidió dinero prestado a sus padres y al banco, y abrió una pequeña tienda en San Francisco. Una tienda con muros de madera para que nadie se sintiera observado desde fuera, y donde las prendas se exhibieran colgadas en las paredes para poder acceder fácilmente a ellas. Era el año 1977 y acababa de fundar la línea de lencería más famosa del mundo: Victoria’s Secret.

En poco tiempo llegarían más tiendas, los catálogos y la venta de la marca a una compañía mayor. Sujetadores, tangas, ligueros, panties, baby-dolls, bikinis y fantasías de ángeles en una tienda pensada para hombres que acabaría llenándose de mujeres. Pero no sería hasta 1995 cuando naciera la joya de la corona, la cita ineludible de la moda en ropa interior: el desfile anual de Victoria’s Secret, con su excepcional reclamo protagonizado por supermodelos como Helena Christensen, Tyra Banks, Heidi Klum, Alessandra Ambrosio o Gisele Bündchen caracterizadas como ángeles. Los ángeles de Victoria’s Secret.


Algunos de estos ángeles se han dejado ver animando partidos de la NBA, como Kate Upton, o conquistando el corazón de algún jugador, como ha hecho Adriana Lima. Más llamativo es el caso de la sueca Elsa Hosk, jugadora de baloncesto que dejó las canchas para convertirse en modelo de la cotizada marca de lencería. Pero si hay unos ángeles famosos en el mundo del básquet, esos son los chicos del lago. Y aunque en Alicante no juegue Pau Gasol, también Rubén Perelló basa el secreto de su éxito en sus ángeles. Hoy hemos visto a varios jugadores del C. B. Lucentum prácticamente volar.


El partido frente al Club Melilla de Baloncesto no iba a resultar tan fácil como presagiaban las estadísticas de ambos equipos. El encuentro comenzaba muy igualado, como un Guillermo Rejón celebrando a lo grande su renovación con el club. Los lucentinos Rivero, Llorca, Huertas, Rejón y Coppenrath dan una gran sensación de equipo desde los primeros compases: circulan bien el balón, se miran, se buscan, están en sintonía. Pero Melilla no falla. Sánchez, Wachsmann, Manzano, Riera y Castro tienen el día en puntería, y logran despegarse hasta un 09 – 17 que obliga a Perelló a sacar a Bas para que ponga remedio con un triple. Primero Green, como un magnífico reverso, y luego Sàbat, reducen la distancia hasta el 17 – 21 del primer cuarto.


El segundo comienza como un auténtico correcalles. Pasan los segundos y nadie encesta. Bueno, Melilla sí. Y nosotros solo cogemos los rebotes defensivos, pero ninguno en ataque. Menos mal que el público se vuelca con el equipo: un craso error de Green es contestado desde las gradas con un sonoro aplauso de la afición, que parece surtir efecto y darle alas para poner un tapón que hace agotar la posesión del rival. A pesar de las acciones antirreglamentarias que se adivinan en pista, el Lucentum empieza a entrar en el partido, de manos del ángel capitán: Jesús Fernández. Dos triples seguidos y García de Vitoria pide tiempo muerto. Perelló no está nada contento con el arbitraje, pero sabe que el secreto de la victoria reside en jugar con cabeza. Así lo interpreta, a la perfección, Albert Sàbat, mientras da instrucciones a Green. Resultado: dos triples seguidos de Green que ponen a todo el banquillo del Lucentum en pie. Por primera vez, nos hemos puesto por delante en el marcador. 29 – 24 y quedan casi cinco minutos de la primera parte. Los ángeles de Perelló ya están aquí.


Melilla ha tenido que volver a parar el partido. En la pista, Sàbat piensa y Green ejecuta. La grada no deja de cantar. Y el súmmum llega con una gran jugada de equipo que culmina con un triple de Bas. Apoteósico. Lástima que los árbitros nos compliquen la vida de nuevo y Bas tenga que sentarse tras la segunda falta personal. Pero la conexión Sàbat – Green funciona a la perfección. Tras una recuperación de Taylor, nuestro base sube el balón y da una magnífica asistencia a Green. En un batir de alas, el ángel americano convierte el pase en un bello alley oop. Cuatro puntos seguidos para el 36 – 28. Hacia el final del cuarto, y tras unas claras instrucciones de Perelló, Rejón vuelve a pista, a hacerse el dueño del rebote. Green se debate entre el angelito bueno y el malo; lo mismo te pone un gran tapón que deja sin defender a su homólogo melillense. Sea como sea, vuelve a emerger el gran Sàbat, que hoy hemos visto volar en el Centro de Tecnificación. 41 – 32 y al descanso. El partido se parece, cada vez más, al disputado la jornada anterior contra Lleida.

Melilla sale a por todas en el tercer cuarto. Los nuestros lo intentan pero no aciertan, y se produce una gran lucha en la cancha. En ese momento, Rejón abre sus alas para volar hacia el aro, y aunque el árbitro le anula un primer mate, en la siguiente acción no perdona. Tras un robo, cruza, veloz, toda la pista y pone en pie a la afición con un supermate made in Rejón. Los visitantes no quieren dejar escapar el partido y se acercan peligrosamente. No han pasado ni tres minutos y vamos 43 – 41. Perelló no lo permite. Y Bas, solo frente a la canasta, hace volar el balón hasta el 46 – 41.


Contragolpe de Sánchez y Riera. Taylor lleva todo el partido sufriendo la férrea defensa de Melilla, equipo que le conoce muy bien, y no puede ametrallar la cesta como acostumbra. Apenas puede extender sus alas bajo una presión asfixiante. Unos errores en ataque y defensa, que incluyen algunas faltas, hacen que volvamos a ir por detrás. 46 – 48 y Perelló cambia todo el equipo. A todos menos a Rejón, que está haciendo un partidazo, y se permite genialidades como un pase sin mirar a Sàbat que termina en canasta. Sàbat le devolvería el pase con idéntico resultado. Su vuelta a la pista ha sido decisiva para encarrilar el partido. Mueve el balón a su antojo y pone cabeza sobre el parqué.


Guillermo Rejón se sienta y todos los ángeles lucentinos le reciben con una gran ovación. El banquillo entero y el cuerpo técnico en pie ante la gran referencia en ataque de hoy, a falta de Coppenrath. El intercambio de puntos subsiguiente nos recuerda, de nuevo, lo visto una semana antes en tierras catalanas: fin del tercer cuarto con empate. 54 – 54.


Los últimos diez minutos servirían, una vez más, para dar cuenta de que los ángeles de Perelló tienen el secreto de la victoria. Otro detalle genial de Sàbat, que hace un pase de espaldas a Jesús Fernández, y que Green remata en canasta, sacando toda su rabia. El balón vuelve a circular en nuestras manos, y el bellísimo Álex Llorca clava un triple para poner el 61 – 57. Todos los ángeles estallan de júbilo. Sin embargo, nunca había visto tan cabreado a Rubén Perelló. Los fallos en defensa y el arbitraje le desesperan. Taylor no consigue elevarse sobre los defensores melillenses, pero, de nuevo, Alber Sàbat vuelve a sacar su ángel para volar hasta el triunfo. Fernández se apunta a la fiesta y, por fin, empezamos a despegar. 71 – 57. Tiempo muerto de Melilla y más de seis minutos por jugar. Dos minutos después, la escena es la misma. Melilla intenta jugar rápido, pero Llorca saca todo su carácter y pelea como ángel guerrero por cada balón, sacando asistencias desde el suelo. La afición cuenta por oles los pases del Lucentum, y Fernández escribe la máxima ventaja en clave capicúa: 75 – 57. Hubo tiempo incluso para poner en pista a los ángeles más jóvenes del banquillo, porque el partido estaba sentenciado. 77 – 64.


Por cierto. Si quieren ver en televisión el desfile de Victoria’s Secret de este año, se emitirá el 4 de diciembre. Por su parte, los ángeles del Lucentum volverán a la acción un poco antes: el próximo viernes, 30 de noviembre, en Orense. Será un partido duro, difícil, en tierras lejanas. Sin embargo, al igual que Panorámix dio con la pócima mágica que hacía de Astérix un galo imbatible, Rubén Perelló lleva consigo, desde hace cinco jornadas, la clave del éxito en la cancha. Cinco partidos, cinco triunfos. El “efecto Perelló”. Suyo es el secreto de la victoria. El Victoria’s Secret del Lucentum.


Mar Galindo

Sàbat y los triples llevan al Lucentum a la victoria frente al Melilla (77-64)


Este Lucentum tiene recursos de sobra para permitirse un mal partido de su referencia ofensiva, Taylor Coppenrath.

El equipo en su concepto más puro aparece cuando más se le necesita. Y hoy era uno de esos días: frente al Club Melilla Baloncesto se ha visto sobre la cancha un juego de equipo de los que sólo tienen esos conjuntos que saben a lo que juegan, que se conocen y están preparados para todo tipo de victorias. Y la de hoy ha sido una victoria cimentada en la gran dirección de juego de Albert Sàbat (12 puntos, 3 rebotes, 9 asistencias, 2 recuperaciones y 27 de valoración) y el papel de apoyo que han tenido que realizar los pivots de Rubén Perelló ante el mal partido de Coppenrath. Green, Rejón y Fernández han atacado la pintura del Melilla hasta sacarle los colores. Y al final, 77-64 en el marcador.



Y lo cierto es que al Lucentum le costó entrar en partido y lograr el ritmo que quería,  principalmente porque Coppenrath no atinaba (2 puntos, -3 de valoración). Los primeros minutos fueron una carrera a contracorriente, con el Melilla controlando el marcador con pequeñas difierencias y con el acierto de Riera, Sánchez y Castro. Guillermo Rejón era el que llevaba el peso del ataque lucentino, con 5 puntos en el primer cuarto. Pedro Rívero y Sàbat intentaban dar fluidez al juego interior, pero la defensa de los pivots del Melilla, Wachsmann y Manzano, sobre Coppenrath era asfixiante. Cuando los de Gonzalo García de Victoria se iban de 10 en el marcador (9-19) a falta de un minuto para el final del primer asalto, aparecían Romà Bas y Albert Sàbat con sendos triples que recortaban la diferencia a sólo 4 puntos (17-21). Si Sàbat es el hombre del partido, mención especial merece también Bas, con puntos decisivos en momentos delicados como éste (tres triple en total).



Shaun Green, cada día más cerca de lo que se espera de él, supo cómo sacar petróleo del desconcierto del Melilla: con puntos10 puntos en el segundo cuarto, el pivot lucentino puso por delante a su equipo apoyado por su compañero en la pintura Jesús Fernández (6 puntos). La mano de Sàbat no sólo controlaba el ritmo de partido, sino que también aportaba otros 5 puntos y ponía por delante al Lucentum en el ecuador del segundo acto (26-24). Fueron los mejores momentos del Lucentum en el partido, con 6 triples anotados que dejaron tocado al Melilla. José Correa daba un empujón a su equipo con un triple que era respondido de inmediato por Romà Bas con otra canasta desde el 6,75 (32-27). Huertas se gustaba con  un alley-oop que transformaba Rejón, mientras Green robaba y finalizaba con una preciosa bandeja que ponía el 36-28. Otro triple de Sàbat aumentaba la diferencia a 11 puntos (29-28) y al final sé llegaba al descanso con un marcador de 41-32 después de una canasta de Pakamanis.



No le sentó bien el descanso al Lucentum. Puesto que Coppenrath estaba desaparecido, Rubén Perelló se vio obligado a modificar su idea inicial de partido y a abrir un poco más la posición de los pivots,un cambio que Gonzalo García supo aprovechar para acercarse al Lucentum y ganar el cuarto. Wachsmann y Sánchez no encontraban rival en la zona lucentina y con 7 puntos cada uno ayudaron a que su equipo llegara empatado a los últimos 10 minutos. El Melilla le endosó a los alicantinos un parcial de 0-7  para poner el 43-41 en el marcador, y Perelló pedía tiempo muerto para frenar la remontada. A la vuelta, volvía a aparecer Romà Bas con un triple, pero Sánchez y Riera ponían de nuevo al Melilla por delante (46-48). Volvía a atacar el Lucentum con otro parcial de 6-0 (52-48) pero el rival respondía exactamente con el mismo parcial a la inversa (54-54).



Parecía que el partido se decantaría del lado del equipo que mejor supiera aguantar la presión, y ese fue el Lucentum. Siempre es el Lucentum. Es el resultado de tener una plantilla con expreciencia y mucho 'know how'. Éste último fue el cuarto de Jesús Fernández y Albert Sàbat: los 10 puntos y los 5 rebotes  del pivot sentenciaron el encuentro, y la dirección de juego del base fue, simplemente, de libro. El capitán anotaba a distrito y siniestro, jugando mucho más cómodo de cara al aro, mientras que Sàbat repartía asistencias para que Álex Llorca pusiera su granito de arena al parcial de 11-3 que abrió el último cuarto. Controlado ya el partido, Perelló puso en pista a Romà Bas para cerrar la dirección de juego, y Jesús Fernández dio la puntilla poniendo el 75-57  a falta de 2.36 minutos para el final del partido. No hubo mucha más historia: el Lucentum se llevó el encuentro por 77-64 en la que es ya su quinta victoria consecutiva. Ahora que la piezas ya han encajado y se empieza a ver la verdadera calidad de está plantilla, la pregunta es: ¿dónde está el techo del Lucentum?

viernes, 23 de noviembre de 2012

DOS CLÁSICOS EN APUROS





Hércules y Sporting, equipos que otrora triunfaban en Primera División, viven hoy sus horas más bajas. Los locales sumidos en una crisis global son hoy penúltimos de la Liga Adelante. Los visitantes, a un punto del descenso, necesitan ganar tras perder ante la Ponferradina la semana pasada. El Hércules buscará encadenar una segunda victoria que cambie la inercia negativa de las últimas semanas.


Ni unos ni otros son lo que un día fueron. Asturianos y alicantinos, alicantinos y asturianos, ninguno pasa hoy por sus mejores momentos. Los blanquiazules se encuentran sumidos en el descenso y con muchos problemas internos. Los rojiblancos, que vienen de perder en casa ante la Ponferradina, llevan jugando con fuego desde hace semanas.


Podría decirse que tanto Hércules como Sporting llegan con muchas urgencias a este partido. Quizá, por aquello de ir por detrás, los alicantinos se encuentren mucho más necesitados de puntos que los sportinguistas. Aunque bien es cierto que la semana pasada el Hércules volvió a dar señales de vida tras ganar al Córdoba. El triunfo en tierras andaluzas ha servido para calmar el ambiente y, sobre todo, para inyectar una buena dodis de moral a unos jugadores blanquiazules alicaidos.


El propio Quique se ha dado cuenta esta semana. "Ahora hay alegría y convicción en la plantilla". Es por ello que el técnico valenciano quiere que su equipo se arrope de todo este aura de positividad y sepa aprovecharla una vez salte al campo. Incluso, el propio club, a través de su Responsable de Peñas, José Alcaraz, también ha aprovechado el momento y ha emitido un comunicado esta misma semana en el que se pedía a los aficionados que fueran a arropar a sus jugadores a la llegada de estos al Rico Pérez.


Quique deberá recomponer la defensa

Quique Hernández mantiene la duda en defensa de Pere o Juanra. Las bajas por lesión de Arbilla y Mora han provocado que el técnico de Anna tenga que recomponer sus esquema defensivo. En un principio, Pere se perfila para ser titular en el lateral derecho, sin embargo las dudas que transmite este jugador hacen que el propio Quique pueda replantearse su inclusión en el once. En caso de prescindir de Pere, Juanra dejaría su puesto en el eje de la defensa a Escassi -que retrasaría su posición-, y volvería a su puesto natural en el lateral derecho.

En la zona de arriba el único cambio reseñable con respecto al último encuentro es la entrada de Juanmi Callejón por el lesionado Gilvan. El brasileño se fracturó la rótula en el partido ante el Córdoba y estará fuera de los terrenos de juego por espacio de dos mes. Mientras, Portillo volverá a pasar un nuevo examen ante la exigente grada del Rico Pérez en una nueva oportunidad para el delantero madrileño de poder exhibir su calidad.


El Sporting, otro equipo con urgencias

Jose Ramón Sandoval ha calificado de "final" el partido de mañana ante el Hércules. El Sporting perdió ante su afición la semana pasada y se acerca de forma peligrosa a la zona de descenso. De perder ante el Hércules, entraría de lleno en una lucha que ni quiere ni le conviene entrar. Es por ello que Sandoval ha concienciado muy bien a los suyos de lo vital que son los tres puntos ante el Hércules.

El entrenador madrileño recupera para este encuentro al central Gregory Arnolín y al delantero Mate Bilic. El primero tras cumplir un partido de sanción y el segundo después de recuperarse de unas molestias musculares. La duda de Sandoval estará en incluir o no a Bilic en el once. En un principio, Sangoy parte con ventaja sobre el crotata, por lo que Mate tendrá que esperar su oportunidad. La reaparición de De las Cuevas en Alicante será otro de los alicientes del partido, aunque el alicantino también deberá aguardar su turno desde el banquillo.

Alineaciones probables:


Hércules: Falcón; Juanra, Escassi, Cabrera, Peña; Diego Rivas; Sardinero, Edu Bedia, Fran Mérida, Callejón; y Portillo.

Sporting: Juan Pablo, Lora, Gregory, Iván Hernández, Canella, Mandi, Nacho Cases, Óscar Trejo, Carmona, Sangoy y David Rodríguez.

Árbitro: Bikandi Garrido (C.Vasco).

Estadio: Rico Pérez
Hora: 18.00 horas


martes, 20 de noviembre de 2012

El “efecto Perelló”: a big bang theory


Max Planck tenía tan solo 16 años cuando decidió que quería ser físico. Su profesor le había dicho que no lo hiciera; que, total, estaba ya casi todo descubierto (¡en 1874!). Sin embargo, él aspiraba a comprender los fundamentos de la física, y por eso se matriculó en esta especialidad en la Universidad de Múnich. A los 21 años ya era doctor, y a los 22, profesor universitario. Cuenta la anécdota que, en una ocasión, olvidó en qué aula había de impartir su lección. Al preguntar en la secretaría dónde era la clase, el viejo secretario le respondió con una palmadita condescendiente en la espalda: “Hijo, no vayas a esa clase. Eres demasiado joven para entender las clases del profesor Planck”.

No me resulta muy difícil imaginar una situación similar 125 años después en otro escenario diferente (una cancha de baloncesto) y con un protagonista distinto pero igualmente joven, ambicioso y lleno de talento: Rubén Perelló. Los resultados conseguidos por el C. B. Lucentum desde que tomara las riendas del equipo como primer entrenador han hecho que empiece a hablarse de él en términos de teorías físicas: es el llamado “efecto Perelló”.

Redes sociales, radio, prensa y televisión han tratado de explicar el cambio vivido por el equipo lucentino utilizando tan acertada etiqueta, originaria del lucentino Ramón Juan en su descripción de la gran victoria de los alicantinos ante el Autocid de Burgos, el primero de los triunfos conseguidos por el técnico balear. De hecho, el propio Ramón Juan ha aventurado en su blog una explicación de tal fenómeno. Yo, a fin de ofrecer una perspectiva diferente, y continuando el paralelismo con el alemán Max Planck, recurriré a la ciencia que describe todas y cada una de las cosas que, de la primera a la última, suceden en el universo: la física.


Algunos lectores pensarán, quizá, que nada tiene que ver la física como ciencia con el baloncesto como deporte. Pero si ellos hablan del “efecto Doppler”, con pleno derecho hablaremos nosotros del “efecto Perelló”. Ya dice Sheldon Cooper, protagonista de “Big Bang Theory”, que “cuando entiendes las leyes de la física, todo es posible”. ¿De qué otra manera, si no es en términos físicos, puede explicarse el partido disputado el pasado viernes entre el Força Lleida Club Esportiu y el C. B. Lucentum?

Eran las nueve de la noche cuando, sobre la pista del Barris Nord, se enfrentaban Simeon, Pino, Feliu, Bandoumel y Johnson a Rivero, Llorca, Green, Fernández y Coppenrath. Lleida contra Lucentum. Joaquín Prado vs Rubén Perelló. Y todas las leyes de la física sobre la cancha para poner a prueba la resistencia, la precisión, la velocidad, el peso, la fuerza de la gravedad y el acierto de diez hombres frente a dos tableros y un balón.


Pocos minutos pasarían hasta que el equipo visitante, de manos de los grandes protagonistas del partido, se pusiera por delante. Álex Llorca y Taylor Coppenrath habían conseguido llegar a un alarmante 11 – 19 que forzaba a Prado a detener el partido. Pedro Rivero remataría el primer cuarto con un triple que daba como resultado el 13 – 22 con el que acababan los primeros diez minutos. Se cumplía la primera ley de Newton o ley de la inercia: solo una fuerza mayor puede romper la racha ganadora del Lucentum. Y hasta entonces, el Força Lleida no había sido suficiente para detener la inercia victoriosa lucentina.

El segundo cuarto no empezaba mal para los nuestros. Sin embargo, la cantidad de faltas cometidas, que nos puso pronto en bonus, y el cambio de juego que imprimía la fuerte presión a toda cancha del Lleida, liderado por Pino, se tradujeron en un demoledor parcial de 10 – 0 que servía para empatar el partido a 27. En ese momento, Rubén Perelló, que no piensa jugársela a “piedra, papel, tijeras, lagarto, Spock”, apuesta por Coppenrath. El pívot americano parece haber versionado el “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” de Arquímedes para convertirlo en “pasadme un balón bajo el poste y sacaré un 2+1”. De nuevo, él y Llorca volverían a imponer la ventaja para Alicante, llegando al descanso con cuatro puntos sobre el rival (34 – 38). Sus valiosas canastas se acomodaban a la segunda ley de Newton o ley de fuerza, que nos permite explicar los movimientos del balón y el acierto en el aro.

Ya en la segunda parte, los nuestros irían abriendo poco a poco la brecha hasta llegar a los diez puntos del 40 – 50. Esos minutos nos dejarían una buenísima asistencia de Llorca para Rivero y grandes canastas de Coppenrath y de Fernández, apurando la posesión. Pases largos, aprovechamiento de los huecos y, ¡chof!, Middleton dentro. No obstante, a la vista de la supremacía lucentina, el Lleida aprieta fuerte, forzando las pérdidas de los alicantinos con presiones dos contra uno, que logran recortar la ventaja hasta el empate a 52, tras un contundente 11 – 0 para los locales. Esta remontada puede explicarse fácilmente a partir de la tercera ley de Newton o ley de acción y reacción: si el Lucentum, como acción, se pone diez puntos por delante, el Lleida, como reacción, intentará lo mismo. Así acababa, pues, el tercer cuarto del partido.

Fue entonces cuando el Lucentum tiró de casta y demostró en pista en qué consiste el “efecto Perelló”. El triple de Pino tuvo su réplica de manos de Romà Bas, y el alley oop de Bandoumel fue certeramente correspondido, de nuevo, por un gran Bas. El escolta del Lucentum coge el balón y, en décimas de segundo, hace un rápido cálculo físico: distancia a la canasta, peso del balón, resistencia del aire y de los defensores, tiempo disponible para realizar el tiro, posición del brazo, fuerza del lanzamiento, trayectoria de la pelota. Tiro y dentro. Baile de ataques y faltas entre los dos equipos, que solo sirven para que el Lucentum pueda afrontar un cómodo final de partido, cuyo resultado es 66 – 79.

Cuatro partidos, cuatro victorias. Póker del club. Confirmación del “efecto Perelló”.

Detengámonos en él y volvamos a nuestro Max Planck en busca de una explicación.

Uno de los científicos con quien trabajó Planck es el personaje del siglo XX por excelencia: Einstein (Albert, como varios de los jugadores del Lucentum). Su teoría más famosa, la de la relatividad, en la que intervino Planck, explica en parte el “efecto Perelló”. Tanto la relatividad general como la especial parten de la idea de que la posición del observador es fundamental para interpretar el universo. Ello abre la puerta, incluso, a uno de los grandes anhelos del ser humano: los viajes en el tiempo. El propio Rubén Perelló ha afirmado que su condición de segundo entrenador le ha permitido, en muchas ocasiones, gozar del privilegio de ser un observador distinto. Esa posición diferente le ha hecho conocer el baloncesto desde otro punto de vista, acercándole a las necesidades de cada jugador. Desde la relatividad que le daba su rol de segundo de a bordo, ha podido obtener valiosa información para poder sacar partido a cada pieza del equipo, y todo ello lo ha puesto en práctica como técnico principal del C. B. Lucentum.

Pero hay más. De Galileo a Newton, de Pascal a Einstein, de Eratóstenes a Kepler, de Arquímedes a Faraday, de Copérnico a Planck, la teoría física que más me fascina es, sin duda, la del enmarañamiento cuántico, que consiste en la posibilidad de transmitir información a distancia. Dos partículas, aunque estén separadas a años luz, pueden compartir información al instante, de modo que ambas experimenten los mismos fenómenos aunque no estén en contacto directo. Aun siendo distintas, pueden comportarse como una sola. Estoy segura, y no dudo de que Sheldon Cooper me diera la razón, de que esa es exactamente la explicación del “efecto Perelló”. Rubén ha conseguido transmitir la información necesaria a todas las partículas que conforman el equipo, de modo que se comporten como una sola, aunque separadas. Es capaz de contagiar su entusiasmo, sus ganas, su seguridad y convencimiento al instante a sus jugadores, tal como sucede en la física cuántica. Se trata, ni más ni menos, que de un enmarañamiento cuántico. Un auténtico big bang en el universo del baloncesto.

Así que, como vemos, el básket también puede explicarse a partir de la física cuántica.

Fue en 1918 cuando el gran científico cuyos descubrimientos abrieron el camino de estas teorías recibió el premio Nobel de Física. Era alemán, y se hizo físico aun cuando le dijeron que ya estaba casi todo descubierto. Se llamaba Max Planck. Y sus ideas nos sirven, un siglo después, para interpretar las causas del “efecto Perelló”: el despertar de un equipo que ha sabido enmarañarse cuánticamente con el espíritu ganador de su entrenador. ¿Cuál será, para él, como para Planck el Nobel, el premio que le tiene reservado el mundo del baloncesto?


Mar Galindo

domingo, 18 de noviembre de 2012

Perelló: juventud y ambición al frente de un Lucentum con espíritu renovado


El Lucentum Alicante ha hecho su apuesta. Se llama Rubén Perelló, hasta ahora entrenador asistente del equipo a las órdenes de Josep María Berrocal. Desde esta semana, coach principal del club a sus treinta años. El entrenador más joven de toda la Liga Endesa y Adecco Oro juntas. Joven, pero muy preparado y con una ambición inteligente. Y, lo que es más importante, con el apoyo de todos los estamentos del club, desde la directiva hasta los propios jugadores y también la afición.

En su presentación oficial esta mañana en el Centro de Tecnificación, el presidente de Lucentum, Luis Castillo, ha querido dejar claro que esta apuesta no es para un día, no es momentánea ni está supeditada a los resultados. Perelló se queda hasta final de temporada, y tiene las puertas abiertas en caso de ascenso. “Pase lo que pase, acabaremos con Rubén la temporada. No va a haber ningún tipo de especulación, perdamos uno o tres partidos. Las decisiones se toman para lo bueno y para lo malo”, ha asegurado Castillo. El presidente ha añadido que la decisión ha sido “consensuada”: léase entre líneas, “los jugadores están de acuerdo”.

Y es que Perelló tiene una relación estrecha con la plantilla. Así lo ha dejado entrever. “El hecho de haber sido segundo entrenador me va a venir bien porque a todos los jugadores los conozco personal y profesionalmente, y ahora tengo la ventaja de que sé a cada uno por dónde los puedo apretar”, ha afirmado el nuevo entrenador del Lucentum.  Eso sí, nada de dejarse la firmeza en casa: “Seré cercano e igualmente tajante, no me pienso arrugar. Espero tocarles a todos en la tecla exacta para que rindan al máximo”.

Una vez pasada la incertidumbre de los días en que el club debía tomar la decisión, y en los que Perelló se centró en preparar los partidos contra Burgos y Huesca, el ya entrenador del Lucentum quiere ahora disfrutar del momento y seguir la línea de trabajo que tiene marcada desde que hace siete años comenzara su carrera. “Rubén Perelló seguirá siendo el mismo, preparando los partidos igual, para ganarlos todos. Tratando a la plantilla igual. Simplemente es un nuevo cargo que ahora ostento, pero en la pista sigo siendo el mismo, lo jugadores no van a ver ningún cambio”, ha puntualizado.

Su baloncesto, ese que le ha dado dos victorias consecutivas al Lucentum y ha hecho renacer a jugadores como Shaun Green, se basa en conceptos muy claros: defensa, consistencia y libertad para los jugadores en la pista. “Quiero que el trabajo del equipo se base sobre todo en la defensa, que seamos un equipo duro y consistente atrás –ha explicado Rubén Perelló-. Y en ataque, siempre dentro de una estructura de juego, me gusta dar libertad a los jugadores para jugar y leer las situaciones y para exprimir al máximo el talento de cada uno”. No hay que confundir, subraya Perelló, libertad con libertinaje: “Dentro de los roles de cada uno, quiero que cada jugador sepa en lo que puede ayudar al equipo”.

Se habló con otros entrenadores, pero la apuesta era Perelló

El club barajó varios nombres consagrados en el baloncesto nacional, como Trifón Poch, para sustituir a Josep María Berrocal. Incluso tuvo lugar una reunión entre Luis Castillo y otro de los entrenadores que estaban sobre la mesa antes dos horas antes del partido frente al Burgos. Pero en aquel encuentro se vio claro que la comunión entre los jugadores y Perelló era total. “Lo fácil era fichar a una vaca sagrada y si luego sale mal, descargar las culpas en él. Pero yo estoy encantado de hacer esta apuesta, y estoy convencido de que nos va a salir bien”, ha asegurado Luis Castillo.


Rubén Perelló no ha escondido que con su ascenso se hace realidad un sueño: “Yo tenía claro que Alicante es un puesto al que muchísimos entrenadores querrían venir. Sé que es una apuesta arriesgada, pero estoy seguro de mí mismo, creo que el equipo está conmigo y creo también que lo mejor está por llegar”. Su mente está puesta ya en el próximo partido frente al C. B. Breogán Lugo, un equipo al que considera “uno de los más complicados de la categoría, con jugadores de experiencia, talentosos y con uno de los tres mejores juegos interiores de la liga”.

No quiere relajaciones. Sabe que aún no ha conseguido nada importante. “Las dos victorias consecutivas son ya cosa del pasado y hay que ir a ganar los dos partidos que tenemos fuera de casa. Creo que la manera de refrendar el trabajo de las dos últimas semanas es sacar una victoria en Lugo”.

TRABAJO REALIZADO POR LOLI PRATS

jueves, 15 de noviembre de 2012

El Lucentum se enfrenta a un Força Lleida en crisis financiera e institucional


El Lucentum Alicante se enfrenta mañana viernes (21.00 horas) a la mejor defensa de la Adecco Oro, el Força Lleida, un equipo que pasa en estos momentos por una crisis económica e institucional que ha turbado el ambiente en los últimos días.

Esta misma semana, el consejo de administración del club catalán destituía a su director deportivo, Edu Torres, y reconocía los primeros impagos a los jugadores, los técnicos y también a la propia federación. Impagos que el Força Lleida no podrá hacer frente hasta el próximo enero de 2013. A esta situación se suma el irregular inicio de temporada de una de las plantillas llamadas a liderar la competición: dos victorias y cuatro derrotas para los hombres de Joaquín Prado, décimos en la clasificación.

Sin embargo, el entrenador del Lucentum, Rubén Perelló, no se fía del equipo catalán: “De las tres salidas, esta va a ser la más complicada porque aunque Lleida vaya 2-4, excepto contra Burgos el resto de partidos los han perdido de tres o cuatro puntos”. Perelló ha recordado que el rival del viernes es el quipo que menos puntos ha encajado en la competición, que es “la mejor defensa de la Liga” y que jugando en casa “se hacen duros”. Además, el técnico lucentino se ha mostrado convencido de que los problemas extradeportivos no afectarán al rendimiento de los jugadores de Joaquín Prado.

El Força Lleida ha ganado sus dos últimos encuentros en casa, frente al Breogán Lugo (76-65) y el Lobe Huesca (72-58), pero sigue sin cosechar ninguna victoria a domicilio. En frente, un Lucentum en racha, con tres victorias consecutivas, dos de ellas como visitante.

Rubén Perelló cuenta con todos sus jugadores, a excepción de los lesionados Àlbert Moncasi y Alberto Jódar que todavía no han entrenado en cancha, mientras que los tocados Àlbert Sàbat, Rafa Huertas y Shaun Green (con una torcedura de tobillo el primero y diferentes molestias físicas los segundos), no tendrán problemas para jugar en Lleida. Por su parte, en la plantilla de Joaquín Prado son duda sus dos ala-pívot, Álex Thompson y Dominic Calegarí, y los bases arrastran molestias físicas. Esto, a priori, debe suponer una ventaja para el juego interior del Lucentum.

La mejor defensa frente a uno de los mejores juegos interiores de la Liga. En base a estas dos formas de entender el baloncesto, Rubén Perelló espera “un partido muy duro y a pocos puntos”. De ganar, sería la cuarta victoria consecutiva para el Lucentum Alicante, que ahora mismo es quinto en la clasificación con cuatro partidos ganados y dos derrotas.

Perelló ha pedido que Rejón se quede

Guillermo Rejón ha viajado este jueves con el equipo hasta Lleida y está a las órdenes de Rubén Perelló, a la espera de que el próximo lunes se resuelva su situación contractual con el Lucentum Alicante. Rejón finalizaba su contrato temporal con el club esta misma semana, y el técnico lucentino ya ha transmitido a la dirección deportiva su deseo de que el pívot continúe en la plantilla. “Yo he dicho que para mí es un jugador importante. Considero que en esta plantilla, y dada situación en la que nos encontramos, Guillermo es un jugador veterano y con experiencia, que ha entendido a la perfección cuál es mi filosofía y lo que quiero de cada uno. Es uno de esos jugadores que hace de nexo de unión entre el entrenador y los jugadores”, ha sentenciado Rubén Perelló.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Lucentum 007: licencia para ganar



10 de noviembre de 2012. Pazo dos Deportes, Lugo, 19:15h. Misión: Breogán.

Algunos partidos de baloncesto se antojan tan complicados por la cancha, el nivel del rival y la distancia recorrida que, verdaderamente, son comparables a una misión de James Bond. Por eso, me imaginaba que este encuentro entre el C. B. Lucentum y el C. B. Breogán de Lugo terminaría llevando el nombre de algún episodio de la cinematografía del enigmático 007. Lo que no sospechaba es que podría contar el partido recorriendo cronológicamente las principales aventuras del famosísimo agente al servicio secreto de su majestad. Un partido de película.


La historia, desde luego, no comenzaba “desde Lugo con amor”. Encajar, de entrada, un matador parcial de 8 – 0 convertía a los lucenses Cobos, Winchester, Leonavicius, Schaftenaar y Diouf en el auténtico “Doctor No” del Lucentum, al que solo Fernández y Coppenrath parecían poder plantar cara. Defendiendo muy bien y apurando al máximo las posesiones, Breogán consigue establecer una distancia de diez puntos sobre el rival, con el 18 – 08 de Winchester y el 22 – 12 de nuestro Green. Solo al final del primer cuarto parece que empezamos a espabilar, con la entrada en pista de Rejón, Llorca y Sàbat. Shaun Green, haciendo gala de su “Goldfinger”, clava un triplazo sobre la bocina que deja el primer asalto en 22 – 17. Vamos a remontar, chicos. Hay que poner en marcha la “Operación Trueno”, “Thunderball”.


Con esa intención sale Guillermo Rejón en el segundo cuarto. Y así, consigue acortar distancias con el equipo de Lugo. Sin embargo, los jugadores del Breogán mueven muy bien el balón, y consiguen irse hasta el 27 – 21. Es el turno entonces de Darryl Middleton, cuya veteranía nos recuerda que “Solo se vive dos veces”: dos canastas suyas nos dejan a un punto, y así permanecerá el marcador durante algunos minutos hasta que un inspirado Winchester abre más la brecha. La diferencia de faltas entre ambos conjuntos es enorme (a favor de Breogán), con sendas antideportivas, primero a Sàbat y luego a Leonavicius. Solo una gran canasta de Coppenrath, siempre al servicio secreto de su majestad lucentina, evita que la diferencia sea mayor en el marcador. 36 – 32 y al descanso.

El paso por los vestuarios iba a cambiar definitivamente el guion. Siguiendo el orden de las películas de James Bond, el tercer cuarto estaba destinado a llamarse “Vive y deja morir”. Y eso es lo que debieron de proponerse Fernández, Llorca, Rivero y Coppenrath, cuyos triples y canastas imposibles dieron la vuelta al marcador hasta el 40 – 47. Los lucenses intentaban acercarse con acciones de Winchester y Leonavicius, pero una protestada falta antideportiva cometida por Martínez, que dejaba a nuestro base Rivero en los tiros libres, volvería a marcar una distancia de seguridad de cinco puntos: 46 – 51 a falta de cuatro minutos, con un triple posterior que nos dejaría en 48 – 54. Sería Middleton quien, mientras expira la posesión, establecería la máxima ventaja hasta entonces para el Lucentum: 50 – 58. Los “chavales” de Rubén Perelló habían conseguido meter diez puntos más que su rival en este cuarto.


Al ritmo de “Sweet home Alabama” empezaba el último combate, con una estelar actuación de “El hombre de la pistola de oro”: el lucentino Rafa Huertas y sus triples, que pintaban para el Lucentum el mejor escenario posible para que este acto se titulara “Panorama para matar”. Sàbat nos ponía diez puntos por delante con otro gran triple, y luego a trece. Y puesto que la siguiente película de Bond se llama “Alta tensión”, Breogán no podía sino intentar remontar haciéndonos cinco puntos seguidos. El público ruge y Perelló se ve obligado a parar el partido en un par de ocasiones para activar distintas estrategias, como poner en la cancha a nuestros dos bases juntos. Queda apenas un minuto y la diferencia es de tan solo cuatro puntos. Los locales pueden permitirse hacer varias faltas, pero nosotros llevamos varios minutos en bonus. Y en ese momento, James Bond nos dará la clave de nuevo: su siguiente película es “Licencia para matar”, la misma que demuestra Rafa Huertas en su acierto desde la línea de tiro libre, y que planta un 71 – 79 en la recta final del encuentro. Un goteo de faltas y tiros libres en los últimos segundos hacen que Taylor Coppenrath escriba el 73 – 80 definitivo. Triunfo valiosísimo de un Lucentum 007 que hoy, una vez más, ha dado cuenta de que posee licencia para ganar.


Dos películas más me vienen ahora a la cabeza. La primera de ellas representa la actitud de Rubén Perelló como profesional. “Soy muy ambicioso”, decía en su presentación como entrenador oficial del Lucentum el pasado jueves. Está claro que, para él, “El mundo nunca es suficiente”. Tres partidos, tres victorias. Y dice que lo mejor está por llegar. Esta actitud, que ha sabido contagiar al equipo, nos lleva a la segunda y última película por hoy. Es posible que futuros partidos del Lucentum tengan un resultado diferente. Pero desde que Perelló está a los mandos, solo puede decirse que el Lucentum “muere otro día”. Hoy, contra Breogán, y como ya pasó contra Burgos y contra Huesca, no.


Esta noche, en algún lugar entre Lugo y Alicante, un joven apuesto vestido con traje oscuro y corbata azul Lucentum entrará en un bar. Pedirá un Martini agitado, no mezclado. Mientras, quizás, regale un guiño seductor a alguna aspirante a chica Bond que se le acerque. Pero en su cabeza solo habrá una idea: la estrategia que va a seguir y las armas que utilizará para cumplir esa misión tan especial que le han encomendado esta semana. Una misión con la que varios agentes soñaban, pero que su real majestad lucentina ha asignado al número 007: Perelló, Rubén Perelló. Una apasionante y peligrosa misión que es su gran oportunidad, el sueño y la ilusión de su vida. Una misión llamada “Lucentum ACB”.

A por ella, míster.


Mar-Moneypenny Galindo

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Man On The Moon



AlicanteSport would like to thank Taylor Coppenrath

for his commitment to C. B. Lucentum Alicante

by dedicating this post to him in his 31st birthday.


Election week in the States. A time for unforgettable speeches and promises. A time to dream of a different future and to make people dream.


Doubtless, one of the most impressive promises ever made by a politician took place back in 1961, when President Kennedy said: “This nation should commit itself to achieving the goal, before this decade is out, of landing a man on the moon and returning him safely to the earth. No single space project in this period will be more impressive to mankind, or more important for the long-range exploration of space; and none will be so difficult or expensive to accomplish”. And, eventually, by the end of that decade, a man landed on the moon and returned safely to the earth. The dream was accomplished.

Twenty years later, another man was born in a state called Vermont. A big man born, likewise, to make people dream of getting very high. An extremely talented sportsman destined for basketball. A very skillful player who, one day, decided to travel overseas in search of success.

Taylor Coppenrath.


I remember the first time I saw him. It was my first year as a season-ticket holder of Lucentum Alicante, and so was Taylor’s as a pivot there. With every of his games, I could learn the dos and don’ts of basketball. Watching him on court is like reading a manual of the perfect player: the place he should be, the movements he should do, possible and impossible shots, blocks, faults. Attack and defense. Team. It was with Lucentum Alicante when he got the first promotion from LEB to ACB. The first time he went up to the highest of the Spanish basketball league. He not only made us dream of a better future for the team: he made it come true. I keep this pic as a memento of the celebration of that achievement.


He is such an amazing player that he did it again and again with different Spanish teams. He seems to be touched with this especial gift to make people dream of basketball and bring the club to the highest time after time. Because every of his steps may look small for a man, but they are, actually, a great leap for the team.

As JFK said, we choose to go to the moon. Lucentum choose to go to the ACB, not because it is easy, but because it is hard, because that goal will serve to organize and measure the best of our energies and skills, because that challenge is one that we are willing to accept, one we are unwilling to postpone, and one which we intend to win, and the others, too. And Taylor Coppenrath is our man. Man on the moon.

Just like that president had a very special one to sing a “Happy birthday” for him, Coppenrath has a beautiful and wonderful lady next to him: his wife Anna. Therefore, if I may, in behalf of all the supporters and fans of Lucentum Alicante, let me wish him a happy birthday, Spanish way.

Feliz cumpleaños, Taylor.

Mar Galindo


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