sábado, 27 de octubre de 2012

Ulises Perelló y la guerra de Troya



“Canto a las armas y a ese hombre que de las costas de Troya llegó el primero a Italia prófugo por el hado y a las playas lavinias, sacudido por mar y por tierra por la violencia de los dioses a causa de la ira obstinada de la cruel Juno, tras mucho sufrir también en la guerra, hasta que fundó la ciudad y trajo sus dioses al Lacio…”.

Así comienza una de las grandes obras de la literatura universal: La Eneida de Virgilio. Junto a La Ilíada y La Odisea homéricas, forman la tríada fundamental de la épica grecolatina, unidas por un tema común: la guerra de Troya.

La historia es bien conocida. Eris, diosa de la discordia, no fue invitada a la boda de Peleo y Tetis. Al saber que Hera, Afrodita y Atenea sí acudirían a la fiesta, perpetró su venganza: envió una manzana de oro con una inscripción que rezaba “para la más bella”. Como todas ellas se disputaban el trofeo, Zeus nombró a Paris, un príncipe troyano, juez de la liza. Cada una de las diosas le ofreció grandes recompensas, pero Paris eligió a Afrodita, que le había prometido el amor de Helena, la mujer más hermosa del mundo. Ante aquel juicio de Paris, Atenea y Hera prepararon la guerra contra Troya, a donde Paris y Helena habían huido. Esta decisión dio lugar a toda una década de asedios, combates y aventuras bélicas con episodios tan célebres como el del caballo en el que se escondieron los griegos para acceder a la ciudad de Troya.

Si polémico fue tener que decidir quién merecía la manzana de oro, peor resultó elegir como premio el amor de Helena. Una mujer bella, sí… pero casada con Menelao, rey de Esparta. Así que no le quedó más remedio que seducirla. El adjetivo “polémico”, griego como Helena, es el que mejor ilustra toda esta cuestión. Deriva de la palabra “polemós” (πολεμός), que quiere decir “guerra”.

Decisiones polémicas dan lugar a guerras, o al menos a terremotos como el que hemos vivido esta semana en el seno del C. B. Lucentum. Porque, en este caso, el BC Donetsk de Ucrania ha sido como Paris de Troya cortejando a Josep Maria Berrocal, bello entrenador pero ya comprometido con un equipo, el Lucentum de Alicante. Y, al igual que ocurrió entonces con el rapto de Helena, también los nuestros han tenido que librar una batalla en mitad de un panorama polémico. Una batalla cuyo escenario se hallaba a cientos de kilómetros: en tierras burgalesas, hacia las cuales los lucentinos partían en una expedición muy similar a La Odisea.

Odiseo, conocido como Ulises en la terminología latina, jamás pensó que habría de encabezar una de las aventuras más famosas de la historia: guiar a los griegos a combatir a Troya. Sin embargo, el destino le había escogido para ser protagonista de aquella travesía épica, única. En el ámbito lucentino, solo el destino puede explicar que le haya tocado a Rubén Perelló, hasta ahora segundo entrenador, ser el capitán de este ejército de jugadores de baloncesto en su salida a Burgos, territorio de su ex-equipo, a una pista, la de El Plantío, plagada de recuerdos para él.

Y así, con el coraje de quien no teme aceptar su destino, convertida la guerra abierta por el banquillo lucentino en oportunidad de oro para él, se planta Rubén Perelló con sus hombres en tierras del Cid, haciendo suya la máxima de “Audentes fortuna iuvat”. La suerte está del lado de los valientes.

Pocos alicientes más podía tener el partido. Se enfrentaban dos de los mejores equipos de la LEB, un técnico exlucentino frente a un exburgalés en una cancha difícil, jugadores que han militado en las filas de ambos equipos en pista y el morbo que siempre tienen los reencuentros cuando pasas de ser local para jugar como visitante. Expectación máxima. Y nuestro protagonista Perelló, con poco que perder y mucho que ganar.

Desde los primeros instantes del partido, que fueron una sucesión de triples de ida y vuelta, quedó claro que el Lucentum no había recorrido 650 kilómetros para dejar el juego en manos del Autocid. Rivero, tocado por las molestias, empezó, como siempre, repartiendo asistencias por doquier, y los triples dieron paso a un par de buenas jugadas de Guillermo Rejón. Sacando un carácter que no habíamos visto en jornadas anteriores, el Lucentum acabó el primer cuarto ligeramente por delante: 15 – 16. Los diez primeros minutos bastaron para dejarnos entrever, en el banquillo lucentino, a un técnico capaz de dirigir a un equipo que supo jugar de tú a tú contra su rival. Casi como si Perelló hubiera estado unos años trabajando con Casadevall y conociera perfectamente cómo atacarle y defenderle. Un verdadero caballo de Troya en el baloncesto.

El segundo cuarto permitió ampliar un poco más el margen, hasta los 5 – 7 puntos de ventaja. El duelo era muy reñido, pero los lucentinos estaban espléndidos en defensa, reboteando bien y haciendo apurar las posesiones al Burgos. El público protestaba ante algunas jugadas polémicas, pero los nuestros regalaban destellos de calidad, como un pase de la muerte de Middleton a Llorca para poner el 22 – 35 a tres minutos del descanso o un parcial de 10 – 0 con gran exhibición de Romà Bas. Ante las adversidades de una intensa semana en Alicante, los chicos de Perelló supieron encarnar las palabras del presidente del club, que estaba convencido de que los contratiempos unirían a la plantilla. Los lucentinos, que habían dejado a Burgos con tan solo 26 puntos al descanso, demostraban que lo que distingue a los grandes es su capacidad de crecerse ante las dificultades.

Once puntos de ventaja sacaba el Lucentum a su rival al comienzo de la segunda parte, que se ampliaría hasta el 26 – 40 de la mágica mano de nuestro tirador Rafa Huertas. Aún así, Jorge García, Sikma, Vinicius y compañía no iban a dar el partido por perdido, de modo que algunos errores en ataque y una antideportiva dudosa hacen que, en un minuto letal, la distancia se acorte drásticamente. El Plantío clamaba por la remontada cuando los suyos logran colocar un 40 – 41 a mitad del tercer cuarto. Pero el guerrero lucentino Coppenrath no iba a consentirlo, a pesar de que los troyanos de Burgos aprietan fuerte. Al igual que en el campo de batalla los ejércitos avanzan y retroceden, el Lucentum había perdido parte de la batalla en este cuarto, obnubilado quizá por los cantos de sirena. Pero un enorme Albert Sàbat, cual auténtico Aquiles de nuestro ejército, encabeza de nuevo el ataque a las filas burgalesas, decantando el parcial a nuestro favor. 44 – 56 dice el marcador. “Podemos ganar”, dicen las sonrisas del conjunto alicantino.

El último asalto comienza y el Lucentum parece que puede seguir manteniendo la distancia de salvación de los diez puntos. Sin embargo, la lucha se recrudece. A siete minutos del final, el Autocid está a siete puntos. A cinco minutos del final, el Autocid está a cinco puntos. A tres minutos del final, el Autocid está… a tres puntos. Leyendo muy bien el juego, Perelló pide un tiempo muerto para jugar en el campo con Rivero y Sàbat, mientras equipo y afición de Burgos presionan al máximo. De este modo, los locales, apenas en el último minuto de partido, logran colocarse a tan solo una canasta del triunfo. Pero como ya dijo Virgilio, la suerte está del lado de los valientes. Y todo el mundo sabe que la guerra de Troya la ganaron los griegos. 64 – 69 y un gran triunfo alicantino.


Con estas aventuras en lugares lejanos, tres mil años después, el C. B. Lucentum reescribe la historia de Troya. La historia de un hombre que, como Odiseo, fue tocado por los dioses para afrontar un destino único, plagado de peligros. Las hazañas de Rivero, Sàbat, Huertas, Bas, Llorca, Green, Fernández, Middleton, Coppenrath y Rejón, bajo las órdenes del Ulises Perelló. La expedición de diez guerreros lucentinos que viajaron a tierras hostiles a librar una batalla para la que el destino había escogido a un líder inesperado. La épica de unos hombres que partieron en busca de la gloria y, victoriosos, regresaron a casa, sanos y salvos, convertidos en héroes.

Escrito por Mar Galindo.-

domingo, 21 de octubre de 2012

Perdidos y sin identidad


El Lucentum Alicante cae en casa frente al River Andorra (77-79)

Que la Adecco Oro es una competición muy igualada y que cualquier equipo te puede sorprender, eso lo llevamos escuchando meses. Pero si encima hablamos de un Lucentumque sale a la cancha perdido en defensa, mareado en ataque y con poca personalidad como equipo, la cosa se empieza a poner fea. El equipo de Josep María Berrocal ha caído derrotado por 77-79 en el Centro de Tecnificación, ante uno de los equipos revelación de este inicio de temporada, el River Andorra.


Joan Peñarroya planteó un partido frenético, a un ritmo vertiginoso que el Lucentum se empeñó en seguir, perjudicando mucho su juego interior. Pedro Rivero tuvo la jugada del empate y la prórroga en sus manos en los últimos segundos del partido, pero la victoria acabó escapándose.


El River salió como una bala los primeros diez minutos, defendiendo fuerte en las líneas de pase del Lucentum y recuperando cinco balones en este primer cuarto. Tras las primeras anotaciones que se sucedieron en ambos aros, Rafa Huertas empataba el encuentro a 7, pero a partir de ahí el Lucentum no pudo más que ver cómo el River Andorra dominaba a su gusto el partido. De la mano de un Marc Blanch espectacular, con 10 puntos en este cuarto, y ayudado por un Tomas Hampl muy activo también con 6 puntos anotados, elRiver conseguía abrir brecha en el minuto 6 con un marcador de 7-15. De ahí se pasó a un 9-17, con un parcial de 0-8, que hacía entrever que el rival no iba a ser equipo fácil de vencer.


Aunque el Lucentum reducía distancias (13-17) de la mano de Shaun Green,Coppenrath y Middleton (12 puntos entre los tres), Blanch estiraba de nuevo la diferencia hasta 13-20 con un maravilloso triple, una ventaja que se mantuvo hasta el final del primer cuarto (17-24). Los pívots del River encontraban huecos en la pintura lucentina con mucha facilidad, y los triples tampoco eran bien defendidos.


Ya en el segundo cuarto, Blanch seguía entonado y en el Lucentum el resto de los jugadores empezaban a aportar sus puntos, pero aún así el River conseguía mantener una diferencia cómoda de nueve puntos con un triple de Schreiner (20-29), que aumentaba hasta los 10 puntos tras un robo y canasta de Dmitry Flis (23-33). El Lucentum pasaba muchos apuros para hacer llegar el balón a sus hombres interiores, en buena parte debido a que sus bases no conseguían controlar el ritmo del partido. Sabedor de esta desventaja,Berrocal puso en pista a Álex Llorca para que pusiera una marcha más en el ataque delLucentum, pero aún así los andorranos conseguían aumentar su renta a los 12 puntos (23-35) tras una canasta de Hampl (14 puntos).

Necesitaba el Lucentum de su hombre revulsivo, Albert Sàbat, y lo encontró. Un parcial de 9-0 propiciado por unos grandísimos minutos del jugador lucentino (cinco puntos consecutivos), y por la aportación de Romà Bas y Guillermo Rejón, reducía la diferencia a cinco puntos (34-39) en los últimos dos minutos del partido, desventaja que finalmente se quedó en cuatro puntos cuando llegó el descanso (37-41 después de un triple de Rafa Huertas). Fue clave en esta remontada el mayor control de rebote defensivo, un aspecto que los de Berrocal habían descuidado en el primer cuarto.


A la vuelta de los vestuarios, se mantuvo la igualdad del segundo cuarto, con un RiverAndorra mucho más desgastado a nivel físico por el gran derroche defensivo realizado en la primera mitad. El Lucentum había conseguido ajustar un poco más sus líneas defensivas y afinar la muñeca en ataque. Sin embargo, el River salió enseñando los dientes con un parcial de 0-4 (37-45), pero en las filas lucentinas acababa de llegar el gran timonel:Taylor Coppenrath. Más bien desaparecido en los primeros 20 minutos, con sólo dos canastas anotadas, el pívot lucentino se echó al equipo a sus hombros con siete puntos que fueron decisivos para mantener vivas las esperanzas del Lucentum. Huertas también aportaba lo suyo con un triple que le ponía ya con 9 puntos anotados, mientras que Sàbatse mostraba bastante acertado en la dirección de juego. La gran estrella del RiverMarc Blanch, estaba desaparecido, y eso benefició mucho al Lucentum a la hora de encarar los últimos minutos, en los que vio reducida la diferencia a un sólo punto (55-56). Pero en las filas de Peñarroya también destacaban Flis con 7 puntos en este cuarto, y un Dani Pérezexcelso con cuatro puntos.

Se llegaba al último cuarto con un marcador de 55-58, una desventaja que Shaun Greense encargó de finiquitar con un triple que empataba el partid a 58 en los primeros instantes de este último asalto. Jesús Fernández salió para poner sobre la cancha su experiencia en finales apretados y para darle al Lucentum su primera ventaja desde el primer cuarto (62-58) con un parcial de 7-0. Sánchez respondía con un triple al empujón de los lucentinos, y con otras tres malas defensas locales, el River volvía a ponerse por delante (65-69) devolviéndole al Lucentum un parcial de 3-11. Un 2+1 de Coppenrath, que provocó una técnica al entrenador del River por sus protestas, le dieron al Lucentum la oportunidad de empatar de nuevo, y Rivero no falló en la línea de tiros libres (69-69).


Los últimos tres minutos del partido fueron un auténtico correcalles en el que se sucedían las canastas en ambos aros. Safford fallaba una canasta fácil y Rejón capturaba el rebote e iniciaba el contraataque a falta de 26 segundos: Rivero recibía la personal y empataba el partido a 77 desde la línea de tiros libres. En la última posesión del RiverRafa Huertascometía personal sobre Dani Pérez y éste no fallaba desde el tiro libre. 77-79. Sólo seis segundos tenía el Lucentum para intentar forzar la prórroga o encestar el triple de la victoria, pero Pedro Rivero fallaba el tiro que habría empatado el partido y certificaba así la segunda derrota consecutiva del Lucentum.


LUCENTUM ALICANTE Huertas (16), Green (7), Rivero (6), Coppenrath (15) y Rejón (8) - Cinco Inicial - Sàbat (6), Bas (4), Fernàndez (6), Llorca (1) y Middleton (8)


BC RIVER ANDORRA: Pérez (13), Maresch (2), Hampl (14), Sánchez (4) y Safford (10) - Cinco Inicial - Wright (0), Guardia (0), Flis (16), Schreiner (5) y Blanch (15)

Parciales: 17 - 24 / 20 - 17 / 18 - 17 / 22 - 21


ARTICULO DE LOLI PRATS


Porno para lucentinas


Todo el mundo sabe que las mujeres ni ven porno ni se masturban. Por eso han de buscar otras fuentes de placer que muevan sus pasiones. Y, en ese sentido, las lucentinas lo tenemos claro: a nosotras, lo que nos pone, es el Lucentum. Sin duda.

La búsqueda del placer, que parece una cuestión meramente física e instintiva, ha sido objeto de profundos debates filosóficos desde la Antigüedad. Grandes pensadores como el griego Epicuro de Samos fundaron toda una escuela de pensamiento en torno al secreto de la felicidad, que radica, ni más ni menos, que en disfrutar de los placeres de la vida, del cuerpo y del alma. “El placer es el principio y el fin de una vida feliz”, decía Epicuro. Es la base de la doctrina filosófica hedonista, y la razón por la cual hoy hemos acudido al Centro de Tecnificación a disfrutar del partido del C. B. Lucentum contra el Bàsquet Club River Andorra.

La mañana no acompañaba: frío, lluvia... otoño. Así que el mejor modo de entrar en calor para las lucentinas era vivir con toda la intensidad posible el partido y deleitarnos con el placer y la satisfacción de contemplar a un equipo con las ideas claras que cumple con su trabajo. Ese goce podía venir, perfectamente, de ver en pista a Taylor Coppenrath demostrando su calidad desde el primer minuto, sacando un 2+1 de aquí y de allá. O ese increíble placer de ver a Huertas armar el brazo para tirar un triple y saber, aun cuando el balón está en el aire, que su lanzamiento entrará. Esas son las pasiones que esperábamos desatar las lucentinas: la alegría de ver el triunfo del equipo, la mágica conexión entre jugadores y el éxtasis del balón en la red. Llevar al extremo la afirmación de Toni Kukoc: “Una canasta hace feliz a una persona. Una asistencia hace feliz a dos”. Un triunfo del Lucentum hace feliz a toda una ciudad.

Sin embargo, nos olvidábamos del verdadero sentido de la palabra “pasión”, que los latinos tomaron de los griegos y que, en realidad, significa “sufrimiento”. Porque, prácticamente desde el principio, esas han sido las pasiones que se han desatado en el pabellón, y que ha plasmado Josep Maria Berrocal con la visceralidad con que ha pedido su primer tiempo muerto cuando, quedando cuatro minutos y medio del primer cuarto, el equipo perdía 07 – 13. A partir de ahí, todo fueron sentimientos, sensaciones. Ni un minuto de tranquilidad. La peña Kali rompe el silencio para cantar “I si tots hi animem guanyarem”, mientras anota Green de espaldas al aro para poner el 09 – 15. El ansia de placer lucentino da paso a la impotencia y la rabia al ver cómo el River Andorra tira cómodamente de tres, cómo nos cortan los pases, cómo roban balones y se plantan en un cómodo 13 – 20 a menos de dos minutos del primer asalto.


Los Kali siguen cantando. Rubén Perelló, segundo entrenador, no puede contenerse y se levanta del asiento para gritar algunas instrucciones a los chicos. Quedan veinte segundos y el marcador luce 17 – 24. Tenemos el corazón en un puño cuando Jesús Fernández coge el balón y lanza de tres… pero no entra.


Continúa el sufrimiento. Berrocal se dirige a sus jugadores enérgicamente durante el breve descanso, con gran vehemencia. Y así comienza el segundo cuarto, con Sàbat, Fernández, Middleton, Bas y un velocísimo Llorca en pista, que arranca una falta antideportiva al River para ponernos 20 – 26. Pero, a pesar de que Llorca lucha con todas sus fuerzas por entrar a canasta, el River sigue tirando muy fácilmente de tres. Fallamos bajo el aro, no anotamos. Un triple estratosférico de Schreiner, a lo Felix Baumgartner, coloca un 20 – 29 que nos deja helados. Sigue el festín. Sufrimiento en el pabellón. El rival aumenta la distancia hasta los diez puntos. A Perelló le quema el asiento. Perdemos balones y nos hacen un mate solos, bajo el aro. Quedan seis minutos para el descanso que parecen eternos. Necesitamos reaccionar, así que la peña Kali pide “echarle huevos” al partido. Eso parece pensar Middleton, que se deja la piel por conseguir un rebote. Pero hoy, no. Con tres defensores lucentinos, el River encuentra aro. Perelló está cada vez más lejos de la silla. El míster hace mucho que se alejó de ella. No conseguimos imponer nuestro ritmo ni nuestro juego.

Suenan tambores de fondo, y un triple de Romà Bas nos devuelve a la vida. 30 – 37 a tres minutos del descanso. Le sigue un mate de Rejón que nos lleva al éxtasis. Ahora todos cantan con fuerza y el público aplaude a rabiar. “Eso es”, grita el speaker. Sí se puede. Luc Palmer baila en la grada. Estamos a cinco puntos y hay casi tres minutos. Tiempo muerto de ellos. Perelló por fin se sienta. Orgásmico.


La Kali despliega una gran bandera. Bas roba el balón y les hace perder la posesión. El público canta “Lu-cen-tum”. Sàbat dentro. A tres. Algunos espectadores se levantan de sus asientos. Las palmas ahora son atronadoras, hasta que una falta en ataque de Taylor Coppenrath devuelve el silencio al CdT. Poco más de un minuto y volvemos a estar siete abajo. Calma. Bota Sàbat y Huertas saca su garra con un triple que nos deja a cuatro. Última posesión para ellos. Atacan y fallan. Tiro a la desesperada de nuestro base, que no entra. 37 – 41. Nos quedan veinte minutos más de pasión. No en vano, suena en el pabellón “Euphoria”, de Loreen.

Hasta el momento, las lucentinas hemos sentido todo un torrente de emociones que ningún vídeo erótico podría desatar. Y la segunda parte no desmerecería.


Comienza el tercer cuarto con Rejón, Rivero, Bas, Huertas y Coppenrath en el campo. Pero el inicio no podía ser peor: canasta de ellos, pérdida nuestra, hacemos falta y encestan. Resultado: 37 – 45. Esto pinta mal. Perelló vuelve a estar en pie. Berrocal hace aspavientos. No se entienden nuestros atacantes, se cargan de faltas en defensa… y solo una zona nos salva de que el desastre sea mayor. Rivero intenta resucitar al equipo al compás de los cánticos de los aficionados y, por fin, llegan las buenas noticias: una falta a Taylor, que nos pone a siete puntos con siete minutos y medio por jugar. Menos mal, porque en tres minutos habíamos anotado un solo punto. Rivero maquilla la estadística con una bandeja que nos pone a cinco. Y vuelven las grandes emociones. Quedan seis minutos y Huertas clava otro triple increíble. ¿Quién dijo que los blancos no saben meterla? 45 – 47 y atacamos. La Kali atruena al son de “Alicanteee…”. La gente aplaude sin parar y Rejón remata para empatar. Ahora sí se entienden nuestros pívots. El River falla dos tiros libres y el rebote es nuestro. Todo el cuerpo técnico del Lucentum está en pie, delante del banquillo. Resuena “Alicante, oé…” por todo el pabellón. Intercambio de canastas y nos ponemos a un punto. Las peñas atruenan con sus tambores y Taylor hace lo que mejor se le da: sacar una falta bajo el aro. Los Kali corean su nombre. Silencio para los tiros libres. Dentro. A tres. Dos minutos. En pista Sàbat, Green, Huertas, Fernández y Coppenrath, que recibe un gran aplauso al ser sustituido por Middleton. Tambores de guerra. Un minuto. Tres abajo. Green recupera el balón que finalmente coge Huertas. El CdT entero espera un triple suyo, pero decide cambiar el ritmo y mostrar calma para desarrollar la jugada. No es posible. 55 – 58 para enfilar el último periodo.

Recta final del partido. Sigue la pasión, pero con visos de sufrimiento: la defensa hace aguas, perdemos balones, no jugamos ordenados… Han pasado dos minutos y el marcador no se mueve. Por fin, Green mete un triple y empatamos. Retumba todo el CdT. 58 – 58. Llorca atrapa un rebote defensivo y Fernández nos pone por delante por primera vez. Ahora, el pabellón es, de nuevo, esa olla a presión que siempre debió ser. Solo se oyen palmas y el “¡Vamos equipo!” del speaker. Atacamos. Rubén Perelló se levanta y se sienta, se sienta y se levanta. Quedan siete minutos y Huertas, desde el banquillo, pide intensidad. Apurando la posesión, Fernández nos lleva hasta el 62 – 58. Enloquece el CdT. El River pide tiempo muerto. Quedan seis minutos y medio y Luc Palmer hace palmas sin parar. Para entonces, sucede lo mismo que en la mejor definición de “orgasmo” que he leído: cada célula de mi cuerpo baila al compás del Lucentum.

Triple del River. Ganamos de uno. Quedan seis minutos. Todo por decidir. “Tiene que cantar todo el pabellón”, escucho de fondo. Vuelvo a tener el corazón en un puño con un triple lanzado por Sàbat… que no entra. Libres para ellos. Se ponen por delante. 62 – 63.


Se sienta Llorca y sale Huertas. ¿Para qué? Para demostrarnos, una vez más, que sabe meterla. Empate a 65. Berrocal y Perelló siguen de pie decidiendo la jugada. Ellos se han puesto cuatro arriba en un momento y quedan menos de cuatro minutos. Sin embargo, vuelve a salvarnos la gran conexión de nuestros pívots. Rejón se entiende a la perfección con Taylor, que mete de espaldas y de bolea una canasta imposible… y, como siempre, saca una falta. En ese momento, las protestas del entrenador visitante, Juan Peñarroya, le valen una técnica. Y entonces se desata la locura. I love this game! De la fantástica mano de Huertas, volvemos a empatar a 69. 69.

La alegría dura poco. Ellos también saben enchufar triples. Igualdad máxima. La conexión Rejón – Coppenrath vuelve a dar sus frutos. 73 – 72. Las gradas corean “Alicante…” y Perelló vuelve a la silla. En nuestro ataque, Taylor vuelve a ser, de nuevo, ese jugador capaz de sacar faltas de donde no las hay. 75 – 72 y menos de dos minutos. Máxima expectación cuando ellos nos empatan a falta de minuto y medio. Todos quieren el triunfo, y en esa lucha, hasta cuatro jugadores terminan por los suelos en busca del balón. Ahora vamos dos abajo y queda poco más de un minuto. Tiempo muerto. Posesión nuestra. Saca Huertas. Bota Rivero. Recibe Green. Huertas. Rejón bloquea. Green tira… fuera. Uuuuuffff. Quedan veinte segundos y hemos conseguido empatar a 77. El CdT presiona como en las grandes ocasiones. Pero Huertas comete una falta y son tiros para ellos. Dentro los dos. Un “zas, en toda la boca” en toda regla. Porque quedan 06’7 segundos y vamos dos abajo. Los dos equipos en bonus. Tiempo muerto. Suena “We will rock you”. Luc Palmer baila. Es el momento de marcar para ganar o, al menos, empatar. Pero Pedro Rivero, el encargado de jugársela, falla el tiro. Fin del partido.

Silencio en el pabellón. Frialdad. Sensación de lluvia. Ya es otoño en el CdT.

Es posible que las mujeres no vean porno ni se masturben. Por eso las lucentinas tenemos en el Centro de Tecnificación nuestro jardín de Epicuro y, en el Lucentum, nuestra fuente de placer. Esta mañana hemos vivido, como siempre, grandes emociones. Calor, energía, sufrimiento, vehemencia, lucha, movimiento, ataque, penetración, euforia. Y pasión, en el sentido más amplio y genuino de la palabra. Aunque hoy, este porno para lucentinas ha terminado siendo un coitus interruptus en la pista.


Y luego, chicas, en el banquillo teníamos a Albert Moncasi. Pero esa es otra historia.


Artículo de Mar Galindo.-

jueves, 18 de octubre de 2012

Partido de altura en la UA


Este sábado a las 19:00 h. ante el Gironella Barcelona
El equipo de fútbol sala femenino de la Universidad de Alicante tiene, este sábado a las 19:00 en el pabellón de la universidad, con entrada gratuita, la visita de uno de los equipo más potentes de la categoría, el Gironella Barcelona pondrá a prueba las fuerzas del equipo de Carlos Navarro, un duro rival situado en la parte alta de la clasificación y que será de los equipos que se jugarán a final de liga, junto a la UA y otros equipos,  una plaza para disputar la Copa de España.
Será el segundo partido que la UA dispute ante su afición, el anterior se saldó con un 4-0 a favor de las universitarias ante el Roldán Murcia. El cuadro universitario que mantiene la base de la temporada pasada y con las dos incorporaciones para este año está dando muestras de un fútbol sala de toque, control del partido y agresivo en defensa, yendo a por el partido desde el primer minuto sin especular con el resultado. Un juego vistoso y que gusta al espectador y que a buen seguro intentará poner en práctica ante un rival dificilísimo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Sus lucentinas majestades



Corría la década de los sesenta cuando, una calurosa primavera, en un recóndito lugar de Estados Unidos, un joven guitarrista se despertó en mitad de la noche para grabar un sencillo riff que se le acababa de ocurrir entre sueños. Parecía pegadizo. Eso debió de pensar el cantante de su banda porque, días más tarde, en el propio estudio de grabación, escribió para aquella música una letra que reflejaba el espíritu general de los jóvenes de su generación. Años después, aquel tema se situaría a la cabeza de la historia del rock.

A punto de cumplir setenta años, ese músico, incluido en la lista de los mejores guitarristas de todos los tiempos, aún dice que el rock es lo que hace mover su corazón. El mío también se mueve a golpe de rock… y de baloncesto. Escribía en las redes sociales hace unos días Jose María Choclán, director general del Lucentum, que la liga LEB también hace vibrar. Como el rock. Y vaya si lo hace. Esto no ha sido más que encender la mecha.


Para suerte de quienes vibramos con el rock y a quienes el baloncesto nos mueve el corazón, ya ha empezado la liga LEB. ¡Y de qué manera…! Si alguien pensaba que esta competición iba a ser un paseíto para el C. B. Lucentum, se equivocaba. Ya avisaba su entrenador, Josep Maria Berrocal, antes de empezar la temporada: “En LEB, los errores se pagan caro”. Y el partido de hoy es buena muestra de ello.

El primer cuarto, y hasta la mitad del segundo, ha sido de claro dominio de sus lucentinas majestades. Genial Coppenrath bajo el poste, Rivero dirigiendo y asistiendo por aquí y por allá, Jesús Fernández haciendo un gran papel… a la vez, el joven Regal Barça B se encontraba muy fallón. El Lucentum mantenía una cómoda distancia de diez puntos, lo que permitía a Kouril salir a pista a jugar contra sus coetáneos. Pero ay amigos. Al filo del descanso, un Barça enchufado empieza a recortar distancias hasta empatar. Al inicio del tercer cuarto, el Lucentum conserva la ventaja gracias a los triples de Green y Rivero. Sin embargo, el equipo catalán comienza a pegarle la vuelta al partido. El croata Hezonja debió de pensar eso de que "If you start me up, I’ll never stop...”, porque fue clave para el triunfo catalán. A partir de entonces, los tiros de nuestro capi no entraban, y Coppenrath se dedicaba a cometer faltas en lugar de recibirlas.


Con espectadores de lujo como Xavi Pascual o Juan Carlos Navarro, el partido ha terminado pintando “todo negro”, como cantaban Los Salvajesen una de las mejores versiones del “Paint it black” de los Stones, y que muchos conocen por la interpretación de M-Clan. Parecía hecha para nosotros esa frase de “Ya nunca más tendrá color azul el cielo…”. Ni la expulsión por faltas de Hezonja ni los tres triples consecutivos de Rafa Huertas sirvieron para reconducir un partido que apuntaba por otros derroteros durante la primera mitad.

La lección de hoy es clara. You can’t always get what you want. A fin de cuentas, por un motivo u otro, Choclán tiene razón. Con victoria o con derrota, la liga LEB también hace vibrar. Mueve nuestros corazones como lo hace el rock. Y de finales de infarto, taquicardias y desfibriladores sabemos un rato los lucentinos. Como ese músico que abría esta historia.


Aquel año era exactamente 1965. Aquel lugar, el hotel Fort Harrison de Clearwater, en Florida. Aquel joven guitarrista era Keith Richards. Y aquella canción no era sino el reflejo de lo que sentimos quienes amamos el baloncesto en Alicante. Sin Lucentum, I can’t get no satisfaction.


Mar Galindo.-

El Lucentum paga su mala defensa frente al filial del Barça Regal (88-78)


Decía Josep María Berrocal al finalizar el encuentro frente al Knet que al Lucentum no le darían el premio a la mejor defensa. Y vaya si tenía razón. Ha sido esta faceta del juego la que determinado al final la derrota del equipo lucentino frente al FC Barcelona B Regal por 88- 78, en un partido en el que el Lucentum ha pagado caro su relajación en el segundo cuarto, cuando parecía tener el partido controlado.

De la mano de un Mario Hezonja espectacular, con 26 puntos, dos rebotes y una asistencia, los canteranos del Barça le han puesto mucha cabeza a un encuentro que al final del primer cuarto perdían por 18-29. Empezó el Lucentum dominando el ritmo del partido y con un gran acierto desde  la línea de 6,75: un triple de Pedro Rivero ponía la primera gran diferencia en el marcador (10-20 a 3.25 min.), mientras que Rejón se estrenaba en el que ha sido su último partido con el Lucentum con una preciosa canasta de dos (16-25)- Le siguieron hasta tres acciones al contraataque de ambos equipos que no llegaron a nada, hasta que Rafa Huertas volvía a abrir brecha en el marcador con un triple que ponía el 18-29. Pedro Rivero era el gran faro del Lucentum en este primer tiempo, creando muchas situaciones de tiro fácil para sus compañeros y aportando puntos (19 puntos, máximo anotador del Lucentum). Borja Comenge pedía a sus pupilos dejar el miedo en el banquillo y poner más intensidad tanto en defensa como en el ataque, y sus chicos le escucharon.

El Lucentum salió muy relajado en el segundo cuarto, quizá pensando que la proyección de puntos le ponía el partido en bandeja, pero nada más lejos de la realidad. Los canteranos del Barça empezaron a comportarse como verdaderos profesionales (bajo la mirada atenta de Xavi Pascual, entrenador del primer equipo), aunque el Lucentum no dejaba de atacar el aro con un gancho de Romà Bas y los primeros puntos de Darryl Middleton (22-33). El acierto en la línea de tres puntos del Barça la compensaba Rivero con un nuevo triple (el tercero del base), mientras que Coppenrath (13 puntos) ponía el 30-39 en el marcador. Poco a poco, el filial blaugrana iba recortando distancias en el marcador con cinco puntos de Eriksson (37-42) y una canasta de Zhigulin, mientras que  Álex Llorca fallaba sus dos tiros libres y Pedro Rivero no acertaba a anotar un triple. Los fallos del Lucentum los aprovechó de maravilla el Barça, y Eriksson de nuevo tomaba la iniciativa con una penetración que acabó en bandeja y en empate a 43. Pero a final del segundo cuarto Pedro Rivero devolvió la ventaja al equipo alicantino para entrar a vestuarios 43-45. El Barça acababa ganando este cuarto por 25 a 16 y a partir de ahí, el partido fue absolutamente suyo.


En el tercer cuarto apareció la figura del croata Mario Hezonja, que acabó con 26 puntos. Dos canastas seguidas del Barcelona les dieron la primera ventaja del partido, pero Rivero volvía a empatar a poner por delante al Lucentum con un triple. Se produjo entonces un intercambio de canastas en el que el Barça mantenía una pequeña ventaja, hasta que  Middleton y Jesús Fernández volvieron a adelantar a los lucentinos (56-58). Sin embargo, los catalanes dieron un pequeño empujón de la mano de Hezonja (21 puntos hasta el momento), para poner el 64-60. Berrocal se veía obligado a pedir tiempo muerto, y exigía a sus jugadores más intensidad defensiva y hacer uso de las faltas personales que aún le quedaban al Lucentum. Pero ni el nivel defensivo estaba en sus mejores momentos, ni tampoco podía el equipo encadenar varios ataques fructíferos.


Hezonja, con un precioso mate, ponía una distancia ya preocupante al inicio de los últimos diez minutos (66-60). El Barça ejercía mucha presión en la salida de balón del Lucentum, y se mostraba intratable en defensa, impidiendo que los pívots lucentinos pudieran recibir el balón con comodidad. Otro triple de Hezonja dejaba la diferencia en 9 puntos (69-60), y así se mantuvo hasta el final del partido. La presión en defensa del Barça sólo fue capaz de romperla Rafa Huertas desde la línea de 6,75  (tres triples en los últimos tres minutos), pero los catalanes ya no dejaron escapar la victoria, que se llevaron al final por 10 puntos de diferencia (88-78). Una mala defensa del Lucentum, que ya adoleció del mismo punto débil frente al Knet, y que Berrocal deberá corregir si quiere que este Lucentum esté arriba en la clasificación. De momento, décimos y a la espera de que la maquinaria pueda rendir al máximo.


Resultado Parcial del Partido

1º C

2º C

3º C

4º C

FC BARCELONA REGAL

18

25

21

24

LUCENTUM ALICANTE

29

16

15

18

CRÓNICA DE LOLI PRATS

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