domingo, 17 de marzo de 2013

Highway to hell


Hace ya más de treinta años, un curioso periodista preguntó a aquel extravagante guitarrista escocés cómo era la vida de músico estando siempre de gira. El de Glasgow había formado un grupo de rock de eléctrico nombre con su hermano en la otra punta del mundo y estaban siempre en la carretera. Al recordar las horas de autobús, le pareció que aquello era “a fucking highway to hell”, así que decidió ponerle ese nombre al álbum que publicaría en 1979.

Esta metáfora bien puede aplicarse igualmente al camino (literal y figurado) que está recorriendo el Lucentum en su lucha por el regreso a la ACB. Los últimos partidos han sido una suerte de autopista al infierno que se ha saldado con dos derrotas y una victoria por los pelos: la de ayer en Huesca, donde el baile de parciales fue el protagonista de la noche.

Venía el Lucentum de perder contra Burgos en un partido ajustado con final de infarto, por la misma diferencia que ayer le dio el triunfo. La baja de Pedro Rivero había obligado a Albert Sàbat a dar el 120% en la pista, y el mismo guion volvería a repetirse en tierras mañas. El quinteto titular lucentino (Sàbat, Huertas, Bas, Rejón, Coppenrath) resultó muy efectivo: enseguida se puso por delante y disfrutó de una cómoda ventaja durante varios minutos (12 – 17, primer cuarto). Sin embargo, los movimientos en el banquillo nos hicieron pasar del 12 – 19 al 18 – 19 en apenas dos minutos, obligando a Perelló a reaccionar. Middleton y un par de triples de Sàbat le dieron la vuelta al marcador, y a mitad del cuarto ya lucía un 18 – 29 muy claro para el Lucentum. Los locales subieron  las revoluciones y lograron reducir la desventaja hasta el 30 – 35 del descanso, pero los de Alicante aguantarían la embestida para colocar una ventaja máxima de 36 – 50. De nuevo, la balanza se decantó del lado de los de Huesca, que cerraron el tercer tiempo con un 44 – 50 esperanzador.

A la vista de esos altos y bajos en efectividad no era de extrañar que, en algún momento, el Lobe Huesca se pusiera por delante. Y eso ocurrió, efectivamente, a menos de tres minutos para el final: 58 – 57 y la afición oscense se vuelve loca. Tras lograr empatar con dos minutos por jugar, un providencial triple de Huertas y un intercambio de tiros libres acabó con el 61 – 64 definitivo, que bien podía haber caído a favor del equipo anfitrión.

Con esta victoria, Rubén Perelló puede al menos respirar y cantar al son de AC/DC “Look at me, I'm on my way to the promised land”. La ACB es, sin duda, esa tierra prometida a la que ha de guiar al Lucentum. Pero la famosa canción continúa: I'm on the highway to hell (Don't stop me).

“Highway to hell” vendió millones de copias, y Angus Young ha pasado a la historia como uno de los cien mejores guitarristas. Para él, lo esencial del rock es el ritmo. Y eso es justo lo que le ha faltado al Lucentum en su salida a Huesca. Esos parciales de ida y vuelta dan cuenta de una inestabilidad en el juego impropia de una de las mejores plantillas de la Adecco Oro.

Ya lo escribieron los hermanos Young. “It's A Long Way To The Top (If You Wanna Rock 'n' Roll)”. Va a ser duro llegar a la cima de los play-offs. Al Lucentum le espera un arduo camino y necesita mantener el ritmo si no quiere hundirse en el infierno de la LEB. Chicos, hace falta más rock and roll.

Artículo de Mar "Hell" Galindo

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