jueves, 27 de septiembre de 2012

JFK y el Lucentum


Cuando John F. Kennedy fue elegido 35º presidente de Estados Unidos, pronunció una de las frases más famosas de la historia política reciente: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país”. Permítaseme, medio siglo después, parafrasear las palabras de JFK para hablar de baloncesto.


A poco más de diez días para que empiece la liga LEB, algunos se preguntan qué motivos existen para seguir las andanzas de un equipo que, por razones no deportivas, dijo adiós a la ACB este verano. O, en términos kennedianos, más simples y directos, qué puede hacer el C. B. Lucentum por ti.


Explicar todas las sensaciones que produce el deporte en el ser humano es una tarea complicada: tan conocidos son los beneficios de practicarlo como la pasión que despierta el seguirlo. Como aficionada al Lucentum, en ocasiones me he visto en la tesitura de tener que dar cuenta de por qué me gusta ir a los partidos, qué poderosa fuerza es la que me arrastra, semana a semana, a leer crónicas deportivas, devorar estadísticas y no dejar de aplaudir en el pabellón cada quince días. O, sencillamente, sonreír cuando se habla de baloncesto. Y es algo tan complejo de decir con palabras como puede serlo describir una canción. Basta con escucharla.

Cualquier persona que haya visto en directo un partido de baloncesto y otro de fútbol, tiene claro cuál engancha, cuál es rápido, dinámico, adictivo. Pero si además se trata del Lucentum y su afición, pocas dudas caben. La emoción de llegar al Centro de Tecnificación, saludar a los amigos, hacer la previsión de por dónde discurrirá el partido, dar comienzo al juego, comentar los cambios, aplaudir las jugadas, criticar los errores y no perder el aliento animando.


Y aún os voy a mostrar un camino mejor… Si el año pasado el Lucentum fue el equipo revelación de la liga Endesa, creo no equivocarme si digo que esta temporada va a ser la estrella de la LEB. Cuenta para ello con un director de orquesta excepcional: Josep Maria Berrocal, que atesora un palmarés impecable y conoce de primera mano la LEB. Con él ha ido tomando forma un conjunto de jugadores que va a dar mucho que hablar en los próximos meses. Los pocos partidos que ya se han disputado han dejado pinceladas del espectáculo al que podremos asistir en el Centro de Tecnificación: la rapidez en el campo de Álex Llorca, los increíbles pases de Pedro Rivero, la fuerza de Jesús Fernández, cómo es capaz de recuperar un balón Romà Bas, la calidad de Shaun Green, las entradas a canasta de Albert Sàbat, la picardía en el juego de Rafa Huertas, el desparpajo del joven Kouril o, simple y llanamente, ver en pista a Darryl Middleton que, a sus espléndidos 46 años, consigue sonrojar a más de un defensor. Todavía tenemos que ver debutar a dos de las torres del equipo: Alberto Jódar y Albert Moncasi, cuya baja está cubriendo de manera excelente Guillermo Rejón. Y, por último, ¿qué puedo decir de Taylor Coppenrath, última incorporación a esta casa? Si hay un hombre capaz de hacer ascender a un equipo, ese es él.


JFK acabó aquel discurso diciendo: “Finalmente, tanto si son ustedes ciudadanos de los Estados Unidos como si lo son del mundo, exijan de nosotros la misma generosidad de fuerza y sacrificio que nosotros les pedimos a ustedes”. Exactamente igual, los aficionados del Lucentum exigiremos al equipo la misma generosidad de fuerza y sacrificio que les daremos cada semana. Ya lo dijo Jesús Fernández, el capitán del equipo, en la presentación. Así que ya puedes dejar de preguntarte qué puede hacer el Lucentum por ti. Porque sí hay una cosa que tú puedes hacer por él: abonarte.


Mar Galindo

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