domingo, 23 de diciembre de 2012

El Lucentum cierra 2012 con victoria frente al Palencia (77-59)






No podía terminar mejor el Lucentum Alicante este movido año 2012.

La victoria contra el Palencia Baloncesto, inmediato perseguidor en la clasificación, deja al equipo muy bien posicionado para encarar la segunda mitad de la competición. El Palencia aguantó los dos primeros cuartos, para comenzar a flaquear en el tercero y desvanecerse del todo en los últimos diez minutos. Darryl Middleton se vistió de Taylor Coppenrath con unos minutos de infarto en la segunda mitad y los bases del Lucentum hicieron un trabajo completo tanto en defensa como en ataque.

Venía el Palencia Baloncesto muy tocado en el aspecto físico, con casi toda la plantilla arrastrando problemas durante la semana, pero eso casi ni se notó en la primera mitad. Los hombres de Ignacio Lezcano salieron muy fuertes a la cancha, reboteando bien en su aro y sin  permitir segundas oportunidades al Lucentum.

Rubén Perelló puso en pista a Albert Sàbat de inicio, dejando en el banquillo a Pedro Rivero, mientras que Guillermo Rejón tomaba el puesto en el quintero inicial de Taylor Coppenrath, aún convaleciente de los problemas intestinales que lleva sufriendo desde hace dos semanas y que le han hecho perder 12 kilos. Les acompañaban Romà Bas, Shaun Green y Darryl Middleton.

Middleton inauguraba el marcador tras el partido inicial y los lucentinos marcaban una pequeña distancia con dos canastas de Albert Sàbat: un triple y un robo que el base finalizaba a la contra (7-4). Pero el Palencia tiraba en ataque de Roger Fornás, que anotó 9 puntos y provocó 3 faltas personales, y no dejaba que los de  Perelló se marcharan demasiado lejos. Un triple de Romà Bas ponía el 14-10 en el marcador, pero respondía el Palencia con rapidez, y tras un mate genial de Rejón, Fornás le sacaba la personal a Jesús Fernández y volvía a acercar a su equipo (16-14). Cuando se jugaba el último minuto del primer cuarto, salía a pista Pedro Rivero, sustituyendo a Sàbat, y Jesús Fernández cerraba estos primeros 10 minutos con una canasta que ponía el 20-17 en el marcador. Sàbat y Middleton, con 5 y 4 puntos cada uno, fueron los máximos anotadores del Lucentum, junto con Rejón, que se apuntó otros 4 puntos.

En el segundo cuarto, Pedro Rivero se puso el mono de trabajo, quizá a sabiendas de que la titularidad del 1 del Lucentum está muy disputada con Perelló como entrenador y de que Sàbat encadena una buena actuación con otra (10 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias para un 15 de valoración, el mejor jugador del Lucentum). Rivero tiró del ataque lucentino en este cuarto con 9 puntos, todos desde la línea de triples. Y también consiguió el Lucentum anular a Roger Fornás, dejándole con 0 puntos en los casi 6 minutos que disputó. Pero en su ausencia, Carles Bravo y Urko Otegui se pusieron al frente del Palencia. Rivero afirmaba la muñeca en el minuto 12 con el primero de sus triples (25-17) y Fernández ponía la primera gran diferencia en el marcador (27-19). Pero había un  aspecto donde el Lucentum flaqueza: el rebote. El Palencia estaba cerrando muy bien su aro (22 rebotes defensivos) mientras que el Lucentum no podía imponer su fuerza en su pintura (sólo 8 rebotes). Faltando 2 minutos para llegar al descanso, el Lucentum se marchaba de 12 puntos tras un triple de Rivero (37-25) y parecía que podía romper el partido, pero sin una explicación concreta, los hombres de Perelló dilapidaron esa ventaja en un último minuto de pesadilla. Encajaron un parcial de 0-8 con puntos de Mc Dermott, Bravo y Otegui, y se llegó al descanso con sólo 4 puntos de ventaja (37-33). El técnico lucentino se marchaba al vestuario negando con la cabeza. Demasiadas concesiones. Demasiada desconcentración.

El descanso le vino de perlas al Lucentum. Especialmente a un hombre, Darryl Middleton, que salió a la cancha con los galones de general para anotar 8 puntos en los primeros minutos. Suyo fue el ataque del Lucentum y su energía contagió al resto de compañeros. Dos canasta seguidas del pivot daban un poco de aire al equipo (41-35), pero en el Palencia aparecía Michael Tveidt, que no había anotado hasta el momento, y que recortaba diferencias con un triple. El alero del Palencia fue el máximo anotador de su equipo en este cuarto, con 7 puntos. En las filas lucentinas, Romà Bas afinaba la muñeca con dos triples (51-42) y su trabajo al lado de los bases estaba siendo esencial para que el Lucentum empezará a controlar el 'tempo' del partido.

A falta de poco más de tres minutos, llegó un momento importante para el devenir del partido: Vázquez García le estaba una personal, seguida de una técnica, a Urko Otegui, y el Lucentum se iba de 11 puntos (53-42). Coppenrath, que casi no podia llegar al aro por el cansancio físico, dejó también su impronta con dos canastas y provocando una falta (9 puntos, 2 rebotes y 13 de valoración), mientras que Jesús Fernández (14 puntos, 5 rebotes y 14 de valoración) rompía definitivamente al Palencia con un triple en los últimos segundos (61-47).

Había mejorado bastante el Lucentum en defensa, con 8 rebotes defensivos en el tercer cuarto (los mismos que en toda la primera mitad). Partiendo de este trabajo desde atrás, el Lucentum se hizo dueño del partido en el último cuarto, a pesar de una buena salida del Palencia fue, con dos canastas seguidas, obligó a Perelló a pedir tiempo muerto (61-49). La defensa ayudó tambiénal Lucentum a terminar de secar al Palencia (12 puntos en este cuarto), que ya acusaba el esfuerzo físico de la primera mitad. Cuatro canastas desde el 6'75 (7 en la segunda mitad) empujaron al equipo a la victoria y le pusieron con 16 puntos en estos últimos 10 minutos, y ni Carles Bravo ni Tveidt con 4 puntos cada uno pudieron hacer ya nada por cambiar el final escrito por el Lucentum. Con está victoria por  77-59, el Lucentum aleja al Palencia en la clasificación y se mantiene tercero con 8 victorias y 4 derrotas.

ESCRITO POR LOLI PRATS.
Fotografía: Jorge Mañez

lunes, 10 de diciembre de 2012

Victoria trabajada en defensa




Le cuesta a este Lucentum entrar en los partidos, como si la máquina necesitase rodar a bajas revoluciones hasta alcanzar la velocidad programada. Pero cuando lo hace, esto es, cuando los de Rubén Perelló se ponen a defender, pocos equipos hay que puedan frenarle. Y el Leyma Natura Basket Coruña sabía cómo tenía que jugarle al Lucentum, poniendo sobre la cancha una defensa intensa que impidiera a los hombres interiores de Perelló hacerle daño en la pintura. Y durante casi todo el partido, la estrategia les salió bien. Pero el Lucentum supo de nuevo imponer su experiencia y llevarse la victoria por 81-65.

La línea defensiva del Coruña fue, desde el primer minuto, un constante quebradero de cabeza para el Lucentum, especialmente para Taylor Coppenrath. El pivot tuvo verdaderos problemas para quitarse de encima a sus dos defensores, que le mantenían a raya en todo momento. En el primer cuarto, la referencia ofensiva del Lucentum estaba desaparecida, con sólo 4 puntos anotados, hasta que Perelló tuvo que sentirlo en el banquillo y sacar a Darryl Middleton en su lugar. Rafa Huertas tiraba del ataque lucentino en los primeros minutos con un triple que recortaba diferencias  (6-11) cuando el Coruña se marchan de 7 en el marcador. Empujaba mucho el equipo de Antonio Herrera con un ataque rapidísimo y transiciones a velocidad de vértigo que el Lucentum no podía frenar, apoyados también por el acierto de su estrella, Asier Zengotitabengoa (8 puntos en este primer cuarto). A pesar de que Huertas volvía a estrechar la diferencia control triple en el último minuto (11-15), era el Coruña el que finalmente se llevaba el cuarto con un marcador de 17-19.

El segundo cuarto no varió para nada el guión establecido, y el Lucentum seguía teniendo serios problemas en su juego interior. Con sus pivots desaparecidos (8 puntos entre todos en los primeros 20 minutos), apareció en pista Albert Sàbat para solventar el desaguisado y poner un poco de orden en ataque (6 puntos en este cuarto). Middleton empataba el encuentro a 19, pero de nuevo Zengotitabengoa volvía a poner a los suyos por delante (21-24). Los siguientes minutos fueron un tira y afloja de los dos mejores hombre del partido: el propio Asier y Albert Sábat. Ambos llevaban las riendas de sus equipos, y cuando el primero anotaba con facilidad, el segundo le contestaba para ajustar el marcador (27-30). Así, se llegaba al descanso con una ventaja de 6 puntos para el conjunto visitante (30-36).

Tras el paso por los vestuarios, el Lucentum empezó a rugir. Le había costado 20 minutos, pero al fin las piezas empezaban a encajar. Nada más salir, Guillermo Rejón se ponía el mono de trabajo y empezaba a imponer bajo el aro su fuerza reboteadora (9 rebotes en total) y a dejar esas canasta tan personales que siempre ayudan al equipo en los momento decisivos (7 puntos en este cuarto). A un triple temprano de Zengotitabengoa le respondía Jesús Fernández con otra canasta desde la línea de 6,75 (36-39), ayudado también por la rapidez de Romà Bas desde la dirección de juego (6 puntos). Además, el Lucentum recuperaba la mejor versión de Shaun Green, que con dos triples consecutivos ponía al Lucentum con ventaja por primera vez en el partido (44-41). Apretaba el equipo de Rubén Perelló en defensa y aprovechaba los huecos que dejaba el Coruña en la línea exterior. Los de Antonio Herrera centraron su ataque en Marcos Suka-Umu, que con 7 puntos suplía la defensa del Lucentum sobre Zengotitabengoa (3 puntos en este cuarto). Al final, los dos equipos llegaban al último cuarto muy apretados, pero con una ventaja del Lucentum que los locales ya no dejarían escapar (56-53).

Los últimos 10 minutos sólo tuvieron un dueño: el Lucentum. Con un Coruña desgastado ya por la intensidad de la primera mitad del partido, los lucentinos se pasearon por el Centro de Tecnificación con un parcial de 15-0 en el que fueron protagonistas Jesús Fernández (6 puntos), Albert Sàbat y Shaun Green (5 puntos cada uno) y que puso el 71-53 en el marcador. Desde el minuto 23, cuando el Coruña tuvo la última ventaja del partido, los de Antonio Herrera sólo habían podido anotar 12 puntos, por los 33 del Lucentum. El equipo de Perelló reboteaba y corría, ahogada al rival en defensa, anulando por completo a Zengotitabengoa (0 puntos en este cuarto). El trabajo de la segunda mitad, cimentado en la defensa, acabó dando sus frutos. Victoria por 81-65. La victoria del trabajo en equipo, la solidaridad (22 asistencias) y del trabajo duro. La victoria que supone la vuelta a la normalidad después de la derrota de la pasada jornada. Éste Lucentum cuando funciona como debe, es imparable.


ESCRITO POR LOLI PRATS.-

Álex Llorca y la batalla de Zama



Si algo ha marcado el curso de los acontecimientos a lo largo de la Historia más que ninguna otra cosa, ha sido el ganar o perder una guerra. Batalla a batalla, conquista tras conquista, los pueblos han ido escribiendo su destino liderados por ejércitos que han cambiado el mundo a golpe de fuerza, estrategia, o simple y pura suerte. En ese sentido, uno de los debates que más pasión ha generado entre los historiadores (bien lo sabe el lucentino Alberto Pastor…) es el de qué habría pasado si los cartagineses hubieran ganado la batalla de Zama (202 a. C.) a los romanos. Muy probablemente, habría constituido la victoria definitiva en las Guerras Púnicas, y el golpe de muerte a Roma. Mucho se ha especulado respecto a cómo sería un mundo en el que el Mediterráneo se rigiera por los designios del pueblo fenicio. Qué hablaríamos ahora, cómo pensaríamos, cuál sería nuestra identidad. Qué habría sido de esa Hispania que los romanos arrebataron a los cartagineses, y que estos habían bautizado como “tierra de conejos”.

De igual modo, en el universo lucentino, mucho se especuló la semana pasada con qué habría pasado si Álex Llorca no hubiera recibido esa técnica por protestar la falta en el partido contra Ourense. Cómo habría acabado ese encuentro, y si esa pequeña batalla supuso realmente perder la guerra. Pero lo cierto es que, al igual que ocurre con la batalla de Zama, nadie sabe a ciencia cierta cómo se habría escrito la Historia. No podemos estar seguros de que Cartago hubiera sometido a Roma, ni podemos asegurar que el Lucentum hubiera derrotado finalmente al Ourense.

En lo que sí existe unanimidad histórica es en considerar a aquel general al mando de las tropas de Cartago como el mejor estratega militar de todos los tiempos. Un hombre de sangre ibérica que fue capaz de ganar, una tras otra, todas las batallas libradas en Italia y que no conoció la derrota hasta el combate en las llanuras africanas de Zama. Un hombre que pasaría a la historia por conseguir una de las más grandes hazañas militares de la Antigüedad: cruzar los Alpes con un ejército de elefantes para plantar batalla en su terreno a Roma, la otra gran potencia del Mediterráneo. El general cartaginés Aníbal Barca.

Aníbal basó su aprendizaje militar en la inteligencia y la astucia. Observando a sus maestros, desde muy pronto se ganó el respeto y admiración de sus soldados. Contaba solo 25 años cuando, debido a un imprevisto, tuvo que hacerse cargo del ejército de Cartago como comandante en jefe para librar toda una serie de batallas en tierras hispanas, liderando un ejército de soldados de distintas etnias que hablaban diferentes lenguas. Y la historia de este jovencísimo general se parece mucho a la del comandante de la nave lucentina. Un hombre con las mismas características que Aníbal, conocedor de la estrategia, respetado por sus soldados y que inesperadamente ha de asumir el mando de un grupo de hombres para plantar batalla en territorio hispano. Alguien que, como Aníbal, ganó todas las batallas pero que tuvo su particular tropiezo de Zama en Ourense.

Para suerte de Rubén Perelló, la batalla de Ourense no significaba el fin de una guerra. Una semana después, el destino le permitía librar un nuevo combate, también contra tropas gallegas. Y esta ocasión no la iba a desaprovechar Álex Llorca para redimirse de aquel error táctico.

El partido contra el Leyma Natura Básquet Coruña no empezaba bien. El equipo jugaba bastante desordenado, y parecía que únicamente Jesús Fernández estaba concentrado en la cancha. No habían pasado ni cuatro minutos cuando un preocupante 04 – 11 obliga a Perelló a detener el juego. El Coruña encuentra todos los huecos, Jonathan Kale se pasea tranquilamente por la zona y los nuestros no aciertan bajo el aro. Dos minutos después, el drama continúa. 06 – 15. El Centro de Tecnificación necesita ya a Sàbat en pista. Menos mal que nuestro francotirador Rafa Huertas mete un triple a lo Légolas para ir entrando en el partido. Con poco más de dos minutos por jugar, Sàbat, Llorca y Rejón entran como revulsivo y nuestra caballería nos deja un mejor sabor de boca con un triple de Sàbat, un reverso de Rejón y una gran canasta de Llorca, que reducen la desventaja a dos puntos. Ahora es cuando el general del ejército contrario, Antonio Herrera, tiene que replantear la batalla con los suyos. Guillermo Rejón nos regala una lección de intensidad a toda pista mientras Sàbat trata de poner cabeza sobre el parqué. Y así, con un esperanzador 17 – 19, acaban los diez primeros minutos.

Los mismos jinetes númidas de las tropas lucentinas abren el segundo cuarto. El Lucentum ataca bien, pero no encuentra aro. Rejón sigue demostrando que va a la carga con un supertapón y un robo que le cuesta la posesión a las hordas gallegas, y nuestra defensa ahoga a las fuerzas rivales, pero el marcador apenas se mueve. La batalla ahora es una sucesión de movimientos rápidos, quizá con alguna acción antirreglamentaria, pero la velocidad del juego no permite asestar ningún golpe mortal. Con 24 – 28 y aún cinco minutos por delante, el estratega Perelló da instrucciones a sus hombres. Taylor Coppenrath no es hoy la artillería pesada de otros partidos, y el ataque depende en demasía de Rejón, que a pesar de su empeño, no logra imponer su veteranía en la pintura. Estamos jugando muy lejos del tablero, pero al menos oponemos resistencia a sus ataques. Al filo del descanso, un triple de ellos tras una jugada espectacular deja el marcador en un 30 – 36 que presagiaba una igualada contienda en la segunda parte.

Efectivamente, así sería el tercer cuarto. Un fuego cruzado de triples entre ambos bandos hace bailar el marcador de empate en empate, y a pesar de la potencia exhibida por Rejón, el balón no llega a su destino. Tras un rifirrafe entre Green y Suka, nuestro romano entre las filas de Cartago, Romà Bas, aprovecha el río revuelto para meter de tres, pero el Lucentum no gestiona bien los últimos segundos del cuarto, que finaliza con un 56 – 53 nada definitivo.


Parecía que, de nuevo, los siguientes diez minutos serían un ir y venir de municiones de aro a aro. Sin embargo, desde el primer momento, el general Perelló mueve sus tropas en un ataque mortal. En uno de los ataques iniciales, la pelota pasa por todos los jugadores y parece que ninguno será capaz de resolver la jugada, pero Green encuentra el camino del triple. Bas se suma al festín del tres para poner la mayor ventaja hasta entonces: 62 – 53, y obligado tiempo muerto de Herrera. El cambio de estrategia operado por nuestro comandante, que había puesto en pista a Green, Llorca y Bas a la vez, ha surtido efecto. 07:30 minutos por jugar y es el turno de atacar con los elefantes. Fernández y Middleton a cancha. Y el partido, con un demoledor parcial de 15 – 0, toma un rumbo para el que no hay marcha atrás.

Álex Llorca sabe que le debe una a la afición lucentina, así que coge su fusil y nos regala una joya cruzando el balón por la espalda y consiguiendo una canasta a aro pasado. Se atreve, además, a rebotear y a seguir la genial estela de Albert Sàbat, que cuenta los puntos de tres en tres. Quedan cinco minutos de partido y el marcador ya está escandalosamente decantado del bando lucentino: 70 – 53. Ahora ya no podemos dejar escapar el triunfo. Esta batalla es casi nuestra. Pero el Coruña quiere plantar cara y Kale sale flechado a machacar y recorta distancias. Perelló no quiere sobresaltos y sus hombres responden a la perfección: Sàbat dirige en el campo y Rejón ejecuta. Fernández sonroja al rival poniendo un +20 en el marcador mientras la peña Kali canta sin parar “Volveremos a ACB”. Un gran grito de guerra para una batalla dura pero que rompe el maleficio gallego. 81 – 65 y ya terceros en la clasificación de la liga Adecco Oro.


Dice la leyenda que, tras la durísima travesía de los Alpes, Aníbal reunió a su ejército en la cima y, señalando las llanuras del Po, arengó a sus soldados a conquistar Roma. Su audacia, su valor y su espíritu combativo fueron las claves de su triunfo durante más de una década de guerras. El secreto del éxito de un ejército que, con menos recursos, fue capaz de poner a Roma contra las cuerdas a golpe de estrategia, astucia y un liderazgo indiscutible. El mejor táctico de todos los tiempos que, a buen seguro, habría sido un gran entrenador de baloncesto.

Nuestro general lucentino Rubén Perelló tiene en Aníbal Barca un gran espejo en el que mirarse. Y su gran soldado Álex Llorca nos ha dado una gran lección en esta lucha. En el encuentro contra el Leyma Coruña, ambos han sido capaces de reescribir la historia de la batalla de Zama dos mil años después. Frente a Aníbal, que nunca tuvo una segunda oportunidad contra Roma, nuestro ejército ha demostrado que sabe aprender de los errores y que, como él, está llamado a escribir su nombre entre los grandes.

Mar Galindo

martes, 4 de diciembre de 2012

Campeonato mundial de fútbol base Elche 2012"- FairPlayCup


La estructura del torneo está prevista para albergar 75 equipos de 10 nacionalidades diferentes, en 3 categorías Pre-benjamín, Benjamín y Alevín, lo que supone más de 1.200 participantes entre jugadores y staff, casi 200 partidos y despliega a 200 voluntarios.
La fase clasificatoria se celebrará durante los días 6 al 8 de Diciembre en jornada de mañana y tarde, en las instalaciones deportivas de la Ciudad Deportiva “Angel Romero” (más de 100.000m2 en recinto cerrado) con 11 campos de futbol 7, naturales y artificiales. Se espera la asistencia diaria de más de 10.000 personas.
La ceremonia inaugural, miércoles día 5 de Diciembre de 18:00 a 20:00 horas y la clausura y finales, Domingo 9 de Diciembre de 9:30 a 13:30 horas, se celebrarán en el Estadio Martínez Valero sede del Elche C.F y del mundial España 82., en las que intervendrán autoridades locales, provinciales y autonómicas, Robert Ramírez como artista invitados y Unicef como colaboradora del evento.
El torneo cuenta entre otros con los siguientes equipos:
Equipos destacados en la categoría ALEVIN: Real Madrid ,  F.C. Barcelona , Málaga C.F,  At. Madrid , RCD Español, Valencia C.F., Levante U.D., Villareal C.F., Granada C.F., Elche C.F., Hércules C.F, F.C. Copenhagen, S.L. Benfica, Everton F.C., USA Miami.
Equipos destacados en la categoría BENJAMIN: Real Madrid,  F.C. Barcelona, Málaga C.F.,  At. Madrid, Valencia C.F., Elche C.F., Hércules C.F, F.C. Zenit S. Petesburgo,  Juventus F.C. y Sahara F.C.
Como equipos destacados en la categoría PRE-BENJAMIN: Valencia C.F., R.C.D. Español, Villareal C.F., Bocca USA Soccer Club, Hércules C.F., Elche C.F.
Tal y como se puede comprobar en la web del Torneo, http://www.fairplaycup.com el evento tendrá unconcepto diferente, mediante  ponencias y mesas redondas formativas, talleres médicos gratuitos, encuentros culturales, mediáticos y de ocio a diario, dentro y fuera del recinto donde se celebran los encuentros fomentará la presencia de fundaciones de todo el mundo lideradas por nuestro colaborador oficial UNICEF, para convertir este evento en un encuentro anual inolvidable.

viernes, 30 de noviembre de 2012

El Ourense, un rival para seguir creciendo



El Lucentum Alicante tiene este viernes una nueva oportunidad para encadenar otra victoria en la liga Adecco Oro, la que sería ya la sexta consecutiva desde que Rubén Perelló pasara a ocupar la Fila 1 del banquillo lucentino. El equipo visita la cancha del Ourense Baloncesto, el colista de la competición, un equipo que sólo ha logrado ganar uno de los ocho encuentros que se han disputado hasta la fecha. Un equipo, el de Rafael Sánz, que sin embargo venció al Lobe Huesca hace dos jornadas y se quedó a un suspiro de hacerlo también la semana pasada frente al Breogán Lugo (78-77).

No quiere Perelló ningún tipo de relajación por parte de sus jugadores. Cerrado ya el caso Rejón, con la feliz renovación del pivot hasta final de temporada, y resuelta ya la polémica por la desmentida marcha de Darryl Middleton el próximo mes, el banquillo lucentino ha hecho piña y así lo ha resaltado el entrenador antes de la salida del equipo hacia tierras gallegas: "Creo que por ahora es un equipo muy implicado y hemos conseguido una unión grupal muy importante, que es la que ahora nos está dando un salto de calidad. Por eso tenemos que trabajar por mantener esta línea durante la temporada, porque tendremos momentos difíciles, no siempre vamos a ganar, pero con un equipo unido y con ganas de trabajar al final se ven los resultados”.

El rival de está jornada es a priori asequible, pero se trata de un equipo en pleno ascenso en cuanto a nivel de juego y confianza, por lo que el Lucentum está obligar a mostrar la cara que se le vio en el último cuarto frente al Melilla: la cara de la experiencia y el saber hacer, el control del 'tempo' del partido y la dureza en defensa.

Entre los hombres de Rafa Sanz destacan el escolta Nicholas Barbour, que promedia casi 15 puntos por partido y 2,9 rebotes. En la dirección de juego, el base Raimundo Lopez de Vinuesa aporta una media de 9,4 puntos y 3,4 asistencias. Pero sin duda, la lucha más interesante esta llamada a darse en la pintura: Andy Ogide y Mateo Kedzo serán huesos duros de roer para los pivots lucentinos. Ambos median casi 12 puntos. Kedzo es además un buen reboteador (4,1) y una referencia desde la línea de tiros libres, con un cien por cien de acierto.

No se prevé un partido a muchos puntos, ya que el Ourense es el segundo equipo menos anotador (70 puntos de media), y la defensa intensa es prácticamente la única arma que puede funcionarle frente a la fluidez y el juego interior del Lucentum. Rubén Perelló ha destacado del rival que es un equipo con un juego "muy dinámico" y que, si el Lucentum logra impedir que entren en el partido, gran parte del trabajo está resuelto. Sin embargo, el entrenador no pasa por alto la mejoría del rival en las últimas semanas: "Han cambiado el chip y están jugando con mucha más confianza y más duros atrás y creo que es una final para ellos”, ha explicado Perelló.

Cuando se acerca la fase intermedia de la competición, esa en la que los equipos empiezan ya a funcionar así al 100% y los errores comienzan a pesar, el Lucentum ha logrado engranar su maquinaria y corregir esos grandes desajustes que impedían que su baloncesto funcionara a principios de temporada. Es el momento y el rival perfecto para asaltar el liderazgo de la liga y decirle al mundo "Eh, aquí llega el coco de la Adecco Oro".

domingo, 25 de noviembre de 2012

Victoria’s Secret



Roy Raymond llevaba días fantaseando con regalarle a su mujer un buen conjunto de ropa interior. Lencería de esas que quitan el hipo. De las que duran puesta cinco minutos, pero cuya imagen permanece para siempre en la memoria. De esas que convierten la belleza femenina en pieza de museo. Así que se armó de valor y se plantó en una tienda dispuesto a elegir un camisón sexy con el que sorprender a su esposa y dejarse sorprender por ella. Sin embargo, aquella fue una de las experiencias más traumáticas de su vida. Cada vez que se acercaba a la sección de lencería y pasaba su mano por el tacto de cada uno de los sostenes que allí se vendían, todo el mundo lo miraba como a un pervertido. Decidió que ningún hombre volvería a sufrir aquella humillación pública. Que nadie tendría que sentirse culpable o avergonzado por comprar ropa interior femenina. Así que pidió dinero prestado a sus padres y al banco, y abrió una pequeña tienda en San Francisco. Una tienda con muros de madera para que nadie se sintiera observado desde fuera, y donde las prendas se exhibieran colgadas en las paredes para poder acceder fácilmente a ellas. Era el año 1977 y acababa de fundar la línea de lencería más famosa del mundo: Victoria’s Secret.

En poco tiempo llegarían más tiendas, los catálogos y la venta de la marca a una compañía mayor. Sujetadores, tangas, ligueros, panties, baby-dolls, bikinis y fantasías de ángeles en una tienda pensada para hombres que acabaría llenándose de mujeres. Pero no sería hasta 1995 cuando naciera la joya de la corona, la cita ineludible de la moda en ropa interior: el desfile anual de Victoria’s Secret, con su excepcional reclamo protagonizado por supermodelos como Helena Christensen, Tyra Banks, Heidi Klum, Alessandra Ambrosio o Gisele Bündchen caracterizadas como ángeles. Los ángeles de Victoria’s Secret.


Algunos de estos ángeles se han dejado ver animando partidos de la NBA, como Kate Upton, o conquistando el corazón de algún jugador, como ha hecho Adriana Lima. Más llamativo es el caso de la sueca Elsa Hosk, jugadora de baloncesto que dejó las canchas para convertirse en modelo de la cotizada marca de lencería. Pero si hay unos ángeles famosos en el mundo del básquet, esos son los chicos del lago. Y aunque en Alicante no juegue Pau Gasol, también Rubén Perelló basa el secreto de su éxito en sus ángeles. Hoy hemos visto a varios jugadores del C. B. Lucentum prácticamente volar.


El partido frente al Club Melilla de Baloncesto no iba a resultar tan fácil como presagiaban las estadísticas de ambos equipos. El encuentro comenzaba muy igualado, como un Guillermo Rejón celebrando a lo grande su renovación con el club. Los lucentinos Rivero, Llorca, Huertas, Rejón y Coppenrath dan una gran sensación de equipo desde los primeros compases: circulan bien el balón, se miran, se buscan, están en sintonía. Pero Melilla no falla. Sánchez, Wachsmann, Manzano, Riera y Castro tienen el día en puntería, y logran despegarse hasta un 09 – 17 que obliga a Perelló a sacar a Bas para que ponga remedio con un triple. Primero Green, como un magnífico reverso, y luego Sàbat, reducen la distancia hasta el 17 – 21 del primer cuarto.


El segundo comienza como un auténtico correcalles. Pasan los segundos y nadie encesta. Bueno, Melilla sí. Y nosotros solo cogemos los rebotes defensivos, pero ninguno en ataque. Menos mal que el público se vuelca con el equipo: un craso error de Green es contestado desde las gradas con un sonoro aplauso de la afición, que parece surtir efecto y darle alas para poner un tapón que hace agotar la posesión del rival. A pesar de las acciones antirreglamentarias que se adivinan en pista, el Lucentum empieza a entrar en el partido, de manos del ángel capitán: Jesús Fernández. Dos triples seguidos y García de Vitoria pide tiempo muerto. Perelló no está nada contento con el arbitraje, pero sabe que el secreto de la victoria reside en jugar con cabeza. Así lo interpreta, a la perfección, Albert Sàbat, mientras da instrucciones a Green. Resultado: dos triples seguidos de Green que ponen a todo el banquillo del Lucentum en pie. Por primera vez, nos hemos puesto por delante en el marcador. 29 – 24 y quedan casi cinco minutos de la primera parte. Los ángeles de Perelló ya están aquí.


Melilla ha tenido que volver a parar el partido. En la pista, Sàbat piensa y Green ejecuta. La grada no deja de cantar. Y el súmmum llega con una gran jugada de equipo que culmina con un triple de Bas. Apoteósico. Lástima que los árbitros nos compliquen la vida de nuevo y Bas tenga que sentarse tras la segunda falta personal. Pero la conexión Sàbat – Green funciona a la perfección. Tras una recuperación de Taylor, nuestro base sube el balón y da una magnífica asistencia a Green. En un batir de alas, el ángel americano convierte el pase en un bello alley oop. Cuatro puntos seguidos para el 36 – 28. Hacia el final del cuarto, y tras unas claras instrucciones de Perelló, Rejón vuelve a pista, a hacerse el dueño del rebote. Green se debate entre el angelito bueno y el malo; lo mismo te pone un gran tapón que deja sin defender a su homólogo melillense. Sea como sea, vuelve a emerger el gran Sàbat, que hoy hemos visto volar en el Centro de Tecnificación. 41 – 32 y al descanso. El partido se parece, cada vez más, al disputado la jornada anterior contra Lleida.

Melilla sale a por todas en el tercer cuarto. Los nuestros lo intentan pero no aciertan, y se produce una gran lucha en la cancha. En ese momento, Rejón abre sus alas para volar hacia el aro, y aunque el árbitro le anula un primer mate, en la siguiente acción no perdona. Tras un robo, cruza, veloz, toda la pista y pone en pie a la afición con un supermate made in Rejón. Los visitantes no quieren dejar escapar el partido y se acercan peligrosamente. No han pasado ni tres minutos y vamos 43 – 41. Perelló no lo permite. Y Bas, solo frente a la canasta, hace volar el balón hasta el 46 – 41.


Contragolpe de Sánchez y Riera. Taylor lleva todo el partido sufriendo la férrea defensa de Melilla, equipo que le conoce muy bien, y no puede ametrallar la cesta como acostumbra. Apenas puede extender sus alas bajo una presión asfixiante. Unos errores en ataque y defensa, que incluyen algunas faltas, hacen que volvamos a ir por detrás. 46 – 48 y Perelló cambia todo el equipo. A todos menos a Rejón, que está haciendo un partidazo, y se permite genialidades como un pase sin mirar a Sàbat que termina en canasta. Sàbat le devolvería el pase con idéntico resultado. Su vuelta a la pista ha sido decisiva para encarrilar el partido. Mueve el balón a su antojo y pone cabeza sobre el parqué.


Guillermo Rejón se sienta y todos los ángeles lucentinos le reciben con una gran ovación. El banquillo entero y el cuerpo técnico en pie ante la gran referencia en ataque de hoy, a falta de Coppenrath. El intercambio de puntos subsiguiente nos recuerda, de nuevo, lo visto una semana antes en tierras catalanas: fin del tercer cuarto con empate. 54 – 54.


Los últimos diez minutos servirían, una vez más, para dar cuenta de que los ángeles de Perelló tienen el secreto de la victoria. Otro detalle genial de Sàbat, que hace un pase de espaldas a Jesús Fernández, y que Green remata en canasta, sacando toda su rabia. El balón vuelve a circular en nuestras manos, y el bellísimo Álex Llorca clava un triple para poner el 61 – 57. Todos los ángeles estallan de júbilo. Sin embargo, nunca había visto tan cabreado a Rubén Perelló. Los fallos en defensa y el arbitraje le desesperan. Taylor no consigue elevarse sobre los defensores melillenses, pero, de nuevo, Alber Sàbat vuelve a sacar su ángel para volar hasta el triunfo. Fernández se apunta a la fiesta y, por fin, empezamos a despegar. 71 – 57. Tiempo muerto de Melilla y más de seis minutos por jugar. Dos minutos después, la escena es la misma. Melilla intenta jugar rápido, pero Llorca saca todo su carácter y pelea como ángel guerrero por cada balón, sacando asistencias desde el suelo. La afición cuenta por oles los pases del Lucentum, y Fernández escribe la máxima ventaja en clave capicúa: 75 – 57. Hubo tiempo incluso para poner en pista a los ángeles más jóvenes del banquillo, porque el partido estaba sentenciado. 77 – 64.


Por cierto. Si quieren ver en televisión el desfile de Victoria’s Secret de este año, se emitirá el 4 de diciembre. Por su parte, los ángeles del Lucentum volverán a la acción un poco antes: el próximo viernes, 30 de noviembre, en Orense. Será un partido duro, difícil, en tierras lejanas. Sin embargo, al igual que Panorámix dio con la pócima mágica que hacía de Astérix un galo imbatible, Rubén Perelló lleva consigo, desde hace cinco jornadas, la clave del éxito en la cancha. Cinco partidos, cinco triunfos. El “efecto Perelló”. Suyo es el secreto de la victoria. El Victoria’s Secret del Lucentum.


Mar Galindo

Sàbat y los triples llevan al Lucentum a la victoria frente al Melilla (77-64)


Este Lucentum tiene recursos de sobra para permitirse un mal partido de su referencia ofensiva, Taylor Coppenrath.

El equipo en su concepto más puro aparece cuando más se le necesita. Y hoy era uno de esos días: frente al Club Melilla Baloncesto se ha visto sobre la cancha un juego de equipo de los que sólo tienen esos conjuntos que saben a lo que juegan, que se conocen y están preparados para todo tipo de victorias. Y la de hoy ha sido una victoria cimentada en la gran dirección de juego de Albert Sàbat (12 puntos, 3 rebotes, 9 asistencias, 2 recuperaciones y 27 de valoración) y el papel de apoyo que han tenido que realizar los pivots de Rubén Perelló ante el mal partido de Coppenrath. Green, Rejón y Fernández han atacado la pintura del Melilla hasta sacarle los colores. Y al final, 77-64 en el marcador.



Y lo cierto es que al Lucentum le costó entrar en partido y lograr el ritmo que quería,  principalmente porque Coppenrath no atinaba (2 puntos, -3 de valoración). Los primeros minutos fueron una carrera a contracorriente, con el Melilla controlando el marcador con pequeñas difierencias y con el acierto de Riera, Sánchez y Castro. Guillermo Rejón era el que llevaba el peso del ataque lucentino, con 5 puntos en el primer cuarto. Pedro Rívero y Sàbat intentaban dar fluidez al juego interior, pero la defensa de los pivots del Melilla, Wachsmann y Manzano, sobre Coppenrath era asfixiante. Cuando los de Gonzalo García de Victoria se iban de 10 en el marcador (9-19) a falta de un minuto para el final del primer asalto, aparecían Romà Bas y Albert Sàbat con sendos triples que recortaban la diferencia a sólo 4 puntos (17-21). Si Sàbat es el hombre del partido, mención especial merece también Bas, con puntos decisivos en momentos delicados como éste (tres triple en total).



Shaun Green, cada día más cerca de lo que se espera de él, supo cómo sacar petróleo del desconcierto del Melilla: con puntos10 puntos en el segundo cuarto, el pivot lucentino puso por delante a su equipo apoyado por su compañero en la pintura Jesús Fernández (6 puntos). La mano de Sàbat no sólo controlaba el ritmo de partido, sino que también aportaba otros 5 puntos y ponía por delante al Lucentum en el ecuador del segundo acto (26-24). Fueron los mejores momentos del Lucentum en el partido, con 6 triples anotados que dejaron tocado al Melilla. José Correa daba un empujón a su equipo con un triple que era respondido de inmediato por Romà Bas con otra canasta desde el 6,75 (32-27). Huertas se gustaba con  un alley-oop que transformaba Rejón, mientras Green robaba y finalizaba con una preciosa bandeja que ponía el 36-28. Otro triple de Sàbat aumentaba la diferencia a 11 puntos (29-28) y al final sé llegaba al descanso con un marcador de 41-32 después de una canasta de Pakamanis.



No le sentó bien el descanso al Lucentum. Puesto que Coppenrath estaba desaparecido, Rubén Perelló se vio obligado a modificar su idea inicial de partido y a abrir un poco más la posición de los pivots,un cambio que Gonzalo García supo aprovechar para acercarse al Lucentum y ganar el cuarto. Wachsmann y Sánchez no encontraban rival en la zona lucentina y con 7 puntos cada uno ayudaron a que su equipo llegara empatado a los últimos 10 minutos. El Melilla le endosó a los alicantinos un parcial de 0-7  para poner el 43-41 en el marcador, y Perelló pedía tiempo muerto para frenar la remontada. A la vuelta, volvía a aparecer Romà Bas con un triple, pero Sánchez y Riera ponían de nuevo al Melilla por delante (46-48). Volvía a atacar el Lucentum con otro parcial de 6-0 (52-48) pero el rival respondía exactamente con el mismo parcial a la inversa (54-54).



Parecía que el partido se decantaría del lado del equipo que mejor supiera aguantar la presión, y ese fue el Lucentum. Siempre es el Lucentum. Es el resultado de tener una plantilla con expreciencia y mucho 'know how'. Éste último fue el cuarto de Jesús Fernández y Albert Sàbat: los 10 puntos y los 5 rebotes  del pivot sentenciaron el encuentro, y la dirección de juego del base fue, simplemente, de libro. El capitán anotaba a distrito y siniestro, jugando mucho más cómodo de cara al aro, mientras que Sàbat repartía asistencias para que Álex Llorca pusiera su granito de arena al parcial de 11-3 que abrió el último cuarto. Controlado ya el partido, Perelló puso en pista a Romà Bas para cerrar la dirección de juego, y Jesús Fernández dio la puntilla poniendo el 75-57  a falta de 2.36 minutos para el final del partido. No hubo mucha más historia: el Lucentum se llevó el encuentro por 77-64 en la que es ya su quinta victoria consecutiva. Ahora que la piezas ya han encajado y se empieza a ver la verdadera calidad de está plantilla, la pregunta es: ¿dónde está el techo del Lucentum?

viernes, 23 de noviembre de 2012

DOS CLÁSICOS EN APUROS





Hércules y Sporting, equipos que otrora triunfaban en Primera División, viven hoy sus horas más bajas. Los locales sumidos en una crisis global son hoy penúltimos de la Liga Adelante. Los visitantes, a un punto del descenso, necesitan ganar tras perder ante la Ponferradina la semana pasada. El Hércules buscará encadenar una segunda victoria que cambie la inercia negativa de las últimas semanas.


Ni unos ni otros son lo que un día fueron. Asturianos y alicantinos, alicantinos y asturianos, ninguno pasa hoy por sus mejores momentos. Los blanquiazules se encuentran sumidos en el descenso y con muchos problemas internos. Los rojiblancos, que vienen de perder en casa ante la Ponferradina, llevan jugando con fuego desde hace semanas.


Podría decirse que tanto Hércules como Sporting llegan con muchas urgencias a este partido. Quizá, por aquello de ir por detrás, los alicantinos se encuentren mucho más necesitados de puntos que los sportinguistas. Aunque bien es cierto que la semana pasada el Hércules volvió a dar señales de vida tras ganar al Córdoba. El triunfo en tierras andaluzas ha servido para calmar el ambiente y, sobre todo, para inyectar una buena dodis de moral a unos jugadores blanquiazules alicaidos.


El propio Quique se ha dado cuenta esta semana. "Ahora hay alegría y convicción en la plantilla". Es por ello que el técnico valenciano quiere que su equipo se arrope de todo este aura de positividad y sepa aprovecharla una vez salte al campo. Incluso, el propio club, a través de su Responsable de Peñas, José Alcaraz, también ha aprovechado el momento y ha emitido un comunicado esta misma semana en el que se pedía a los aficionados que fueran a arropar a sus jugadores a la llegada de estos al Rico Pérez.


Quique deberá recomponer la defensa

Quique Hernández mantiene la duda en defensa de Pere o Juanra. Las bajas por lesión de Arbilla y Mora han provocado que el técnico de Anna tenga que recomponer sus esquema defensivo. En un principio, Pere se perfila para ser titular en el lateral derecho, sin embargo las dudas que transmite este jugador hacen que el propio Quique pueda replantearse su inclusión en el once. En caso de prescindir de Pere, Juanra dejaría su puesto en el eje de la defensa a Escassi -que retrasaría su posición-, y volvería a su puesto natural en el lateral derecho.

En la zona de arriba el único cambio reseñable con respecto al último encuentro es la entrada de Juanmi Callejón por el lesionado Gilvan. El brasileño se fracturó la rótula en el partido ante el Córdoba y estará fuera de los terrenos de juego por espacio de dos mes. Mientras, Portillo volverá a pasar un nuevo examen ante la exigente grada del Rico Pérez en una nueva oportunidad para el delantero madrileño de poder exhibir su calidad.


El Sporting, otro equipo con urgencias

Jose Ramón Sandoval ha calificado de "final" el partido de mañana ante el Hércules. El Sporting perdió ante su afición la semana pasada y se acerca de forma peligrosa a la zona de descenso. De perder ante el Hércules, entraría de lleno en una lucha que ni quiere ni le conviene entrar. Es por ello que Sandoval ha concienciado muy bien a los suyos de lo vital que son los tres puntos ante el Hércules.

El entrenador madrileño recupera para este encuentro al central Gregory Arnolín y al delantero Mate Bilic. El primero tras cumplir un partido de sanción y el segundo después de recuperarse de unas molestias musculares. La duda de Sandoval estará en incluir o no a Bilic en el once. En un principio, Sangoy parte con ventaja sobre el crotata, por lo que Mate tendrá que esperar su oportunidad. La reaparición de De las Cuevas en Alicante será otro de los alicientes del partido, aunque el alicantino también deberá aguardar su turno desde el banquillo.

Alineaciones probables:


Hércules: Falcón; Juanra, Escassi, Cabrera, Peña; Diego Rivas; Sardinero, Edu Bedia, Fran Mérida, Callejón; y Portillo.

Sporting: Juan Pablo, Lora, Gregory, Iván Hernández, Canella, Mandi, Nacho Cases, Óscar Trejo, Carmona, Sangoy y David Rodríguez.

Árbitro: Bikandi Garrido (C.Vasco).

Estadio: Rico Pérez
Hora: 18.00 horas


martes, 20 de noviembre de 2012

El “efecto Perelló”: a big bang theory


Max Planck tenía tan solo 16 años cuando decidió que quería ser físico. Su profesor le había dicho que no lo hiciera; que, total, estaba ya casi todo descubierto (¡en 1874!). Sin embargo, él aspiraba a comprender los fundamentos de la física, y por eso se matriculó en esta especialidad en la Universidad de Múnich. A los 21 años ya era doctor, y a los 22, profesor universitario. Cuenta la anécdota que, en una ocasión, olvidó en qué aula había de impartir su lección. Al preguntar en la secretaría dónde era la clase, el viejo secretario le respondió con una palmadita condescendiente en la espalda: “Hijo, no vayas a esa clase. Eres demasiado joven para entender las clases del profesor Planck”.

No me resulta muy difícil imaginar una situación similar 125 años después en otro escenario diferente (una cancha de baloncesto) y con un protagonista distinto pero igualmente joven, ambicioso y lleno de talento: Rubén Perelló. Los resultados conseguidos por el C. B. Lucentum desde que tomara las riendas del equipo como primer entrenador han hecho que empiece a hablarse de él en términos de teorías físicas: es el llamado “efecto Perelló”.

Redes sociales, radio, prensa y televisión han tratado de explicar el cambio vivido por el equipo lucentino utilizando tan acertada etiqueta, originaria del lucentino Ramón Juan en su descripción de la gran victoria de los alicantinos ante el Autocid de Burgos, el primero de los triunfos conseguidos por el técnico balear. De hecho, el propio Ramón Juan ha aventurado en su blog una explicación de tal fenómeno. Yo, a fin de ofrecer una perspectiva diferente, y continuando el paralelismo con el alemán Max Planck, recurriré a la ciencia que describe todas y cada una de las cosas que, de la primera a la última, suceden en el universo: la física.


Algunos lectores pensarán, quizá, que nada tiene que ver la física como ciencia con el baloncesto como deporte. Pero si ellos hablan del “efecto Doppler”, con pleno derecho hablaremos nosotros del “efecto Perelló”. Ya dice Sheldon Cooper, protagonista de “Big Bang Theory”, que “cuando entiendes las leyes de la física, todo es posible”. ¿De qué otra manera, si no es en términos físicos, puede explicarse el partido disputado el pasado viernes entre el Força Lleida Club Esportiu y el C. B. Lucentum?

Eran las nueve de la noche cuando, sobre la pista del Barris Nord, se enfrentaban Simeon, Pino, Feliu, Bandoumel y Johnson a Rivero, Llorca, Green, Fernández y Coppenrath. Lleida contra Lucentum. Joaquín Prado vs Rubén Perelló. Y todas las leyes de la física sobre la cancha para poner a prueba la resistencia, la precisión, la velocidad, el peso, la fuerza de la gravedad y el acierto de diez hombres frente a dos tableros y un balón.


Pocos minutos pasarían hasta que el equipo visitante, de manos de los grandes protagonistas del partido, se pusiera por delante. Álex Llorca y Taylor Coppenrath habían conseguido llegar a un alarmante 11 – 19 que forzaba a Prado a detener el partido. Pedro Rivero remataría el primer cuarto con un triple que daba como resultado el 13 – 22 con el que acababan los primeros diez minutos. Se cumplía la primera ley de Newton o ley de la inercia: solo una fuerza mayor puede romper la racha ganadora del Lucentum. Y hasta entonces, el Força Lleida no había sido suficiente para detener la inercia victoriosa lucentina.

El segundo cuarto no empezaba mal para los nuestros. Sin embargo, la cantidad de faltas cometidas, que nos puso pronto en bonus, y el cambio de juego que imprimía la fuerte presión a toda cancha del Lleida, liderado por Pino, se tradujeron en un demoledor parcial de 10 – 0 que servía para empatar el partido a 27. En ese momento, Rubén Perelló, que no piensa jugársela a “piedra, papel, tijeras, lagarto, Spock”, apuesta por Coppenrath. El pívot americano parece haber versionado el “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” de Arquímedes para convertirlo en “pasadme un balón bajo el poste y sacaré un 2+1”. De nuevo, él y Llorca volverían a imponer la ventaja para Alicante, llegando al descanso con cuatro puntos sobre el rival (34 – 38). Sus valiosas canastas se acomodaban a la segunda ley de Newton o ley de fuerza, que nos permite explicar los movimientos del balón y el acierto en el aro.

Ya en la segunda parte, los nuestros irían abriendo poco a poco la brecha hasta llegar a los diez puntos del 40 – 50. Esos minutos nos dejarían una buenísima asistencia de Llorca para Rivero y grandes canastas de Coppenrath y de Fernández, apurando la posesión. Pases largos, aprovechamiento de los huecos y, ¡chof!, Middleton dentro. No obstante, a la vista de la supremacía lucentina, el Lleida aprieta fuerte, forzando las pérdidas de los alicantinos con presiones dos contra uno, que logran recortar la ventaja hasta el empate a 52, tras un contundente 11 – 0 para los locales. Esta remontada puede explicarse fácilmente a partir de la tercera ley de Newton o ley de acción y reacción: si el Lucentum, como acción, se pone diez puntos por delante, el Lleida, como reacción, intentará lo mismo. Así acababa, pues, el tercer cuarto del partido.

Fue entonces cuando el Lucentum tiró de casta y demostró en pista en qué consiste el “efecto Perelló”. El triple de Pino tuvo su réplica de manos de Romà Bas, y el alley oop de Bandoumel fue certeramente correspondido, de nuevo, por un gran Bas. El escolta del Lucentum coge el balón y, en décimas de segundo, hace un rápido cálculo físico: distancia a la canasta, peso del balón, resistencia del aire y de los defensores, tiempo disponible para realizar el tiro, posición del brazo, fuerza del lanzamiento, trayectoria de la pelota. Tiro y dentro. Baile de ataques y faltas entre los dos equipos, que solo sirven para que el Lucentum pueda afrontar un cómodo final de partido, cuyo resultado es 66 – 79.

Cuatro partidos, cuatro victorias. Póker del club. Confirmación del “efecto Perelló”.

Detengámonos en él y volvamos a nuestro Max Planck en busca de una explicación.

Uno de los científicos con quien trabajó Planck es el personaje del siglo XX por excelencia: Einstein (Albert, como varios de los jugadores del Lucentum). Su teoría más famosa, la de la relatividad, en la que intervino Planck, explica en parte el “efecto Perelló”. Tanto la relatividad general como la especial parten de la idea de que la posición del observador es fundamental para interpretar el universo. Ello abre la puerta, incluso, a uno de los grandes anhelos del ser humano: los viajes en el tiempo. El propio Rubén Perelló ha afirmado que su condición de segundo entrenador le ha permitido, en muchas ocasiones, gozar del privilegio de ser un observador distinto. Esa posición diferente le ha hecho conocer el baloncesto desde otro punto de vista, acercándole a las necesidades de cada jugador. Desde la relatividad que le daba su rol de segundo de a bordo, ha podido obtener valiosa información para poder sacar partido a cada pieza del equipo, y todo ello lo ha puesto en práctica como técnico principal del C. B. Lucentum.

Pero hay más. De Galileo a Newton, de Pascal a Einstein, de Eratóstenes a Kepler, de Arquímedes a Faraday, de Copérnico a Planck, la teoría física que más me fascina es, sin duda, la del enmarañamiento cuántico, que consiste en la posibilidad de transmitir información a distancia. Dos partículas, aunque estén separadas a años luz, pueden compartir información al instante, de modo que ambas experimenten los mismos fenómenos aunque no estén en contacto directo. Aun siendo distintas, pueden comportarse como una sola. Estoy segura, y no dudo de que Sheldon Cooper me diera la razón, de que esa es exactamente la explicación del “efecto Perelló”. Rubén ha conseguido transmitir la información necesaria a todas las partículas que conforman el equipo, de modo que se comporten como una sola, aunque separadas. Es capaz de contagiar su entusiasmo, sus ganas, su seguridad y convencimiento al instante a sus jugadores, tal como sucede en la física cuántica. Se trata, ni más ni menos, que de un enmarañamiento cuántico. Un auténtico big bang en el universo del baloncesto.

Así que, como vemos, el básket también puede explicarse a partir de la física cuántica.

Fue en 1918 cuando el gran científico cuyos descubrimientos abrieron el camino de estas teorías recibió el premio Nobel de Física. Era alemán, y se hizo físico aun cuando le dijeron que ya estaba casi todo descubierto. Se llamaba Max Planck. Y sus ideas nos sirven, un siglo después, para interpretar las causas del “efecto Perelló”: el despertar de un equipo que ha sabido enmarañarse cuánticamente con el espíritu ganador de su entrenador. ¿Cuál será, para él, como para Planck el Nobel, el premio que le tiene reservado el mundo del baloncesto?


Mar Galindo

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