jueves, 19 de junio de 2014

La F1 visitará esta semana el territorio de Red Bull…después de más de 10 años.


Cuando Dietrich Mateschitz anunció en Noviembre de 2004 la compra del equipo de F1 Jaguar Racing para convertirlo en Red Bull Racing, ya aviso de que entraba en F1 “a por todas”. Algunos no lo tomaron muy en serio, pero poco después adquirió la Scuderia Minardi para rebautizarla Toro Rosso, en 2009 se hacía con los terrenos en desuso de las antiguas instalaciones del circuito de Spielberg, y a continuación encadenó 4 títulos mundiales de pilotos y constructores. El último eslabón de esta cadena se soldaba en Julio de 2013 cuando hacía público que en 2014 el remozado Red Bull Ring albergaría, de nuevo, el GP de Austria de F1.

La primera edición de esta carrera puntuable se disputó en 1964, en el aeropuerto semiabandonado de Zeltweg Airfield. Varias pistas de aterrizaje enlazadas en forma de L, cuatro curvas, y a correr. En la prueba, disputada a nada más y nada menos que 105 vueltas, se impuso Lorenzo Bandini con el Ferrari 156 Aero. La carrera fue un éxito, pero la pista fue considerada demasiado peligrosa; era estrecha y con saltos, y muy rápida. Los espectadores, además, se quejaron de las pocas áreas con vista hacia la pista. Ante todo esto, la Federación Internacional hizo lo correcto y eliminó esta carrera del calendario hasta que Austria tuviera un circuito en condiciones…y entonces construyeron una maravilla de pista, el Österreichring.


        Salida del GP de Austria de 1971 en el desafiante Österreichring ante más de 100.000 espectadores.

Entre 1970 y 1987, el evento se disputó el Circuito de Austria (traducción de Österreichring), de casi 6 km de longitud, cerca de la localidad de Zeltweg, una de las pistas más rápidas del campeonato junto con  Monza y Hockenheimring. En el Österreichring se trataba de correr y correr. Nada más. La pista era espectacular. Todo un desafío. Ver los F1 serpenteando a casi 300 km/h por las onduladas laderas del Tirol, mientras sus motores aullaban a más de 15000 rpm no tenia igual. Aquí se impusieron campeones de la talla de Emerson Fittipaldi, Ronnie Peterson, Niki Lauda o Alain Prost, pero también se dieron increíbles gestas de máquinas y pilotos que no volvieron a ganar nunca más. Penske consiguió su única victoria en F1 en 1976 con el PC4 pilotado por John Watson, y Shadow hizo lo propio, un año después, con Alan Jones. Mención aparte merece la victoria de Vitorio Brambilla en 1975, cuando se impuso en la edición de ese año ante todo un diluvio universal. Brambilla, “El Gorila de Monza”, eufórico por la victoria, soltó las manos del volante de su March 751 nada más cruzar la línea de meta  y lo estampó contras las protecciones de final de recta. La imágen de la vuelta de celebración, con Brambilla brazos en alto y el morro de su coche arrugado y mirando hacia el cielo, es una de esas que para siempre quedan grabadas en la retina de los aficionados.

Sin olvidarnos tampoco de la carrera de 1982. En esa temporada los coches atmosféricos poco podían hacer ya frente a la potencia ascendete de los coches con turbocompresor. Renault, Ferrari y Brabham marcaban la pauta. Pues bien, en un circuito netamente turbo, Elio de Angelis y Keke Rosberg se disputaron la victoria con sus monturas con motores Ford Cosworth DFV atmosféricos, llevándose el Lotus de De Angelis el gato al agua por tan sólo 5 centésimas de segundo. Al final de recta, el Williams de Rosberg aparecía por delante del Lotus de De Angelis, pero el italiano había cruzado antes la línea de meta.  Una victoria increíble. La última de la que el fundador de Lotus Colin Chapmann podría disfrutar, ya que poco después fallecía de un ataque al corazón.


Llegada de GP de Austria de 1982 en el Österreichring. Elio De Angelis (Lotus) se impone a Keke Rosberg (Williams) por tan sólo 0.050 segundos. Increíble.

Me encantaba la carrera de Austria. En 1984 tuve que recorrer 30 km en bicicleta para llegar a un kisoco y poder comprar el Marca y ver, en una pequeña columna, casi al margen de la hoja, la parrilla de salida del GP de Austria. Al día siguiente, tuve más suerte y mi padre me trajo el “As” en el que en un cuarto de página se narraba la victoria, la única que conseguiría aquí, del héroe nacional Niki Lauda. Indudablemente eran otros tiempos, y la F1 interesaba a muy pocos.
Pero el Österreichring, además de ser extremadamente veloz, tenía una recta muy estrecha, pocas escapatorias y demasiados árboles alrededor de la pista. Los accidentes se sucedían uno tras otro. En 1984 Lauda pasó, atónito,  a más de 250 km/h por al lado de un ciervo. Menos suerte tuvo Stefan Johanson que 2 años después se llevó por delante un venado que le provocaría la rotura de varias costillas. El accidente más grave de todos acabó con la vida del piloto norteamericano Mark Donohue, que durante los entrenamientos del GP de Austria de 1975 perdió el control de su Penske PC1, salto las protecciones y cayó terraplén abajo con su auto del revés. En 1987, después de reiterados accidentes, sobretodo en la salida de la prueba, el Österreichring cerraría sus puertas para siempre, y la F1 tardaría 10 años en volver a Austria.
Herman Tilke fue el encargado de mutilar y recortar el viejo Österreichring por la mitad, de crear escapatorias y recortar curvas, de construir nuevas tribunas y boxes, y dar forma así al nuevo circuito de F1 austriaco, denominado A1 Ring por el patrocinio de la telefónica A1 Mobilkom. El trazado reutilizaba algunas zonas del antiguo Österreichring y su perímetro se había reducido a poco más de 4 km. La zona más bonita del circuito antiguo había desaparecido y  sus increíbles curvas rápidas también.  El resultado, en palabras de Michael Schumacher, era “el sitio más aburrido en el que jamás he corrido”. Pero opiniones hay de todos los gustos. Esta semana Kevin Magnusen, el piloto de Mclaren-Mercedes indicaba que “cada vuelta al Red Bull Ring supone un subidón de adrenalina tremendo”. ¿Que diría el bueno de Kevin si hubiera podido correr en el viejo circuito y bajar por la Jochem Rindt Kurve para encarar la recta de meta con el pedal hasta la tabla y no levantarlo durante casi 3 km?.
Después del GP de Austria de 2003 el circuito prácticamente fue abandonado. Todas sus estructuras se desmontaron y las tribunas demolidas. Solo el dinero y el interés de Red Bull han devuelto al GP austriaco al lugar que se merece.
  En un circuito básicamente de “motor”, los caballos marcarán la diferencia entre unos y otros. Mercedes será el rival a batir como en todas las carreras hasta ahora, pero Red Bull llega en muy buena forma después de la victoria de Dani Ricciardo en Canadá. También Williams será un aspirante para tener en cuenta. En Montreal tenían lo esencial, velocidad, y sólo una mala estrategia y un Force India pilotado por Sergio Pérez les privó de un gran resultado. ¿Y Ferrari? Ay Ferrari…La eterna duda. En Canadá Alonso decía que corría con un coche lastrado, y Kimi calificó al Ferrari de “falto de velocidad”. En Maranello se han puesto las pilas. Ya veremos.
La F1 vuelve a Europa. A disfrutar. Hasta el domingo.
José Sarrió para Alicantesport.com

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FICHA TÉCNICA
GROSSER  PREIS VON ÖSTERREICH
Red Bull Ring



Longitud : 4.326 metros
Vueltas :  71
Vuelta Rápida : 1.08.337  M.  Schumacher   (2003)  Ferrari F2003-GA

Horarios:

Libres 1 : (20/6) 10:00 h
Libres 2 :(20/6) 14:00 h
Libres 3 : (21/6) 11.00 h.
Calificación : (21/6) 14:00 h.
Carrera : (22/6) 14:00 h.



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