domingo, 5 de mayo de 2013

Ajustarse el cinturón o morir




En esta época de crisis económica los organizadores de las carreras ciclistas tienen que hacer maravillas para sacar sus pruebas adelante. Tampoco la crisis deportiva provocada por los casos de dopaje y la mala y poca prensa, que ha tendido a ir abandonando a un deporte que era de masas en los años 90, ayudan demasiado. Cada año vemos como desaparecen carreras por falta de apoyos financieros. Otras sobreviven reduciendo sus días de competición o simplemente convirtiéndose en clásicas de un día. Lo que hay da para lo que da, y hemos de estar agradecidos de que el ciclismo no acabe muriendo en nuestro país por falta de carreras y equipos. Aquellas que consigan aguantar estos malos tiempos volverán a intentar resurgir para volver a lo que fueron. Ahora toca “apretarse el cinturón” y apostar por el ciclismo para no vernos con un calendario vacío que afectaría, y mucho, a la aparición de nuevos equipos y al salto de jóvenes ciclistas al profesionalismo en nuestro país.
Un poco de historia.
Disputada desde 1983, son numerosos los cambios a los que ha sido sometida para poder sobrevivir.
En cuanto a la categoría, fue una prueba amateur hasta el año 2004, para, tras no disputarse en 2005, pasar al UCI Europe Tour con la categoría 2.2 en 2006 y ascender dos años después a la categoría 2.1, hecho significativo ya que permitía la participación de equipos ProTour como Movistar Team o Euskaltel Euskadi. Éste año al ser solamente una etapa, pasa a ser categoría 1.1.
En las fechas, su coincidencia con el Tour de Francia provocaba la ausencia de corredores de primer nivel que, o bien disputaban la carrera francesa o se encontraban en periodo de descanso. Por tanto, desde 2011 pasó a disputarse en el mes de mayo.
Y por último el cambio quizás más significativo para ésta temporada. Si bien la vuelta estuvo formada en sus inicios por hasta cinco etapas, la Federación Madrileña de Ciclismo (organizadora de la prueba) se vio obligada a reducir a tres etapas las ediciones de 2010 y 2011, a dos en 2012 y sólo a una en este 2013. Nos encontramos por tanto, con un caso similar a los de las vueltas a Murcia y a La Rioja, que se han terminado por reconvertir en clásicas de un solo día.
Respecto al palmarés, hasta 2004 vencieron en categoría amateur nombres como los de Ángel Mayordomo (vencedor de la primera edición), Anselmo Fuerte, David Plaza o Carlos Castaño. Con el cambio de categorías, la carrera nos deja vencedores como Sergio Pardilla (2010), Rui Costa (2011) o Sergei Firsanov el año pasado, y nombres en el podio de la talla de Mikhail Ignatiev (2006), Ángel Vicioso (2007), Francisco Mancebo y Tino Zaballa (2008), Alejandro Valverde y Xavi Tondo (2009), Javi Moreno y Jonathan Castroviejo (2011) o Nairo Quintana y Remy Di Gregorio (2012).
El pasado año, Sergey Firsanov (RusVelo) hacía tercero en la CRI del sábado y el domingo se imponía en el puerto de la Morcuera, haciéndose con la clasificación general por delante del colombiano de Movistar Nairo Quintana y del francés de Cofidis Remy Di Gregorio.
 
El puerto de Canencia será la antesala a la lucha final en La Morcuera (Foto ©:dukemtb.blogspot.com)

El recorrido.
La progresiva reducción de etapas a la que ha sido sometida, eliminando este año la contrarreloj que precedía a la etapa de montaña, deja a la Vuelta a la Comunidad de Madrid en una clásica hecha para corredores de perfil escalador. La orografía madrileña permite realizar trazados de lo más variado, pero si se quiere realmente llamar la atención del aficionado, no cabe duda que la Sierra Norte de Madrid es el escenario apropiado para ello.
Sin incluir grandes nombres como el de Navacerrada, Abantos o La Bola del Mundo, la organización nos presenta un recorrido escarpado, comenzando por una zona más suave en el inicio para ir acrecentando la dureza a medida que avanza la jornada. El buen encadenado de los puertos añadido a que la última subida, el Puerto de la Morcuera, es todo un primera categoría, hará mella en un pelotón que seguramente llegue muy fraccionado a meta.
La jornada comenzará en pleno Madrid, en la calle Arequipa, para, tras pasar bajo el aeropuerto de Madrid-Barajas, superar la pequeña cota de Paracuellos del Jarama. Un punto ideal para la formación de una fuga de aventureros que decidan probar fortuna y para aquellos cuyo objetivo sea la clasificación de la montaña.
A partir de aquí, la carrera continúa dirección Norte en terreno cómodo para superar, desde el kilómetro 50 hasta el 110 y de forma consecutiva, los puertos de El Vellón, Uceda, El Atazar y la Trampa.
A partir de éste punto, la carrera parte, en constante y ligero ascenso, hacia el Oeste, para ascender el Puerto de Canencia  y encadenar de inmediato con la subida final a la Morcuera.

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